Un tipo rebelde y solitario es condenado a trabajos forzados, tras una noche de borrachera en que la emprendió a golpes contra unos inofensivos... parquímetros. Pero para Luke Jackson (Paul Newman), aunque no quiere complicaciones, éstas no han hecho más que comenzar, pues por mucho que traten de doblegarlo, Luke, no sabe rendirse, no sabe entregarse, y pese a las palizas, los castigos y los rifles que le apuntan a la cabeza, Luke no perderá ocasión de fugarse, de buscar incesantemente la libertad, de eludir la férrea disciplina de sus guardianes, y así; día tras día, treta tras treta; nacerá la leyenda del indomable...

Película carcelaria donde además de la de Newman hay que destacar algunas otras actuaciones estelares como las de George Kennedy (Dragline, el preso que manda en el barracón y que tras pelear y vapulear a Luke, se convertirá en su mejor amigo) Harry Dean Stanton (Tramp, el preso cantor), Jo Van Fleet (Señora Arletta Jackson, madre de Luke), Dennis Hopper (Babalugats, otro preso), J. D. Cannon (Society Red, condenado por estafa) o Luke Askew (el jefe Paul, frío carcelero). Pero no es una cinta penitenciaria al caso, sino que centra su interés en la en saltación de su personaje protagonista, quien se convierte en el único centro de atención, en un largometraje que cuenta con secuencias míticas en el mundo del cine, cómo la que describe una calurosa tarde de trabajo junto a una carretera, mientras una joven emprende un refrescante, y a la vez ardiente, lavado de su coche. Sin olvidar aquella en que Paul Newman tumbado sobre una mesa y con una barriga que aparenta un embarazo de cinco meses da cuenta de medio centenar de huevos cocidos…