Siendo una buena película, no es ni mucho menos la obra maestra que muchos han querido ver.
En el aspecto técnico, es impecable. Magnífico el diseño de producción de Peter Lamont y la partitura de James Horner. Tanto la fotografía como los efectos especiales son de altura.
El fallo viene en lo artístico. El guión deja mucho que desear. Bonitos diálogos sin profundidad ninguna, personajes poco definidos (aunque pueda parecer todo lo contrario), una historia de amor totalmente estúpida. Los actores tampoco es que se luzcan (insisto en que el guión no da de más).
A mi juicio, no se vuelca en el aspecto humano del hundimiento. La lucha por la supervivencia. Opino que esto hubiera pontenciado el dramatismo del film, contribuyendo a una mayor calidad.

Una superproducción que quisó ser épica y eterna y se quedó en entretenida y fugaz. Dudo que el tiempo encumbre a este Titanic de James Cameron como una obra maestra. Algo que sí podría haber llegado a ser bajo la batuta por ejemplo de David Lean (el más claro ejemplo de que las superproducciones, la épica, el drama y los personajes son compatibles).