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Voto de Lauro:
10
6,8
181.883
Romance. Drama. Aventuras
Jack (DiCaprio), un joven artista, gana en una partida de cartas un pasaje para viajar a América en el Titanic, el transatlántico más grande y seguro jamás construido. A bordo conoce a Rose (Kate Winslet), una joven de una buena familia venida a menos que va a contraer un matrimonio de conveniencia con Cal (Billy Zane), un millonario engreído a quien sólo interesa el prestigioso apellido de su prometida. Jack y Rose se enamoran, pero el ... [+]
17 de abril de 2012
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El éxito de Titanic hay que buscarlo en los siguientes aspectos:
1. La mezcla de géneros (vale decir, la puesta en común de la historia matizada de Romeo y Julieta, tan querida del cine norteamericano, conjuntamente con el hundimiento de un gran barco en alta mar), que siempre suele dar resultado al no encasillar el argumento y permitir un guión mucho más libre. Está claro que en este caso el experimento funciona a la perfección.
2. El uso del melodrama como integrante fundamental, sin perjuicio del punto anterior. El melodrama es el género por excelencia (uno de ellos) del cine clásico norteamericano, y el que ha cosechado más triunfos en el mundo del Séptimo Arte desde sus inicios, sobre todo cuando ha sido utilizado con mesura e inteligencia, como es el caso.
3. La espectacularidad y el sabor a leyenda de la otra parte argumental, la del trasatlántico mítico que, personificación de la soberbia y de la prepotencia, recibe una lección: el ser humano es absolutamente vulnerable ante las fuerzas de la naturaleza, está totalmente indefenso en determinadas circunstancias, y su pobre megalomanía es absurda y patética, cuando lo único que le queda es el tiempo de morir.
4. La dosificación del tiempo. La historia la cuenta una venerable anciana, superviviente del naufragio, a quien Cameron utiliza para elaborar el tiempo cinematográfico. De su mano nos sumerge (nunca mejor dicho) en las dos historias simbióticas que son el esqueleto de la película: la relación entre DiCaprio y Winslet, y la fatídica travesía del Titanic (pequeño mundo que refleja el mundo real y el clasismo social de principios del siglo XX, un resto estético e ideológico del XIX que acabaría por desembocar en los totalitarismos y sus lamentables consecuencias).
Continúa en el "Spoiler" por falta de espacio (pero no se dan detalles del argumento).
1. La mezcla de géneros (vale decir, la puesta en común de la historia matizada de Romeo y Julieta, tan querida del cine norteamericano, conjuntamente con el hundimiento de un gran barco en alta mar), que siempre suele dar resultado al no encasillar el argumento y permitir un guión mucho más libre. Está claro que en este caso el experimento funciona a la perfección.
2. El uso del melodrama como integrante fundamental, sin perjuicio del punto anterior. El melodrama es el género por excelencia (uno de ellos) del cine clásico norteamericano, y el que ha cosechado más triunfos en el mundo del Séptimo Arte desde sus inicios, sobre todo cuando ha sido utilizado con mesura e inteligencia, como es el caso.
3. La espectacularidad y el sabor a leyenda de la otra parte argumental, la del trasatlántico mítico que, personificación de la soberbia y de la prepotencia, recibe una lección: el ser humano es absolutamente vulnerable ante las fuerzas de la naturaleza, está totalmente indefenso en determinadas circunstancias, y su pobre megalomanía es absurda y patética, cuando lo único que le queda es el tiempo de morir.
4. La dosificación del tiempo. La historia la cuenta una venerable anciana, superviviente del naufragio, a quien Cameron utiliza para elaborar el tiempo cinematográfico. De su mano nos sumerge (nunca mejor dicho) en las dos historias simbióticas que son el esqueleto de la película: la relación entre DiCaprio y Winslet, y la fatídica travesía del Titanic (pequeño mundo que refleja el mundo real y el clasismo social de principios del siglo XX, un resto estético e ideológico del XIX que acabaría por desembocar en los totalitarismos y sus lamentables consecuencias).
Continúa en el "Spoiler" por falta de espacio (pero no se dan detalles del argumento).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
5. El montaje. No hay buena dosificación del tiempo en el cine sin un buen montaje. La clave de Titanic es el montaje, y es lo que da lugar a que sea una obra maestra. El ritmo narrativo atrapa el interés del espectador desde los primeros segundos del metraje y ya no lo abandona hasta que salen los títulos de crédito del final: las tres horas abundantes pasan tan rápido que la película da la impresión de durar mucho menos. La magia que consigue es, insisto, la clave que sustenta toda la obra.
6. La interpretación, sobre todo de los dos protagonistas, que inician aquí su fructífera carrera cinematográfica, y que dan (tan pronto) una lección de buena actuación y de acoplamiento total a sus papeles, pues, con la ayuda de un magnífico guión y de una excelente ambientación, consiguen hacer creíbles y verosímiles a unos personajes puestos en situación inverosímil y prácticamente increíble. No otra cosa es la ficción, y Titanic no es un documental. Un patinazo en el guión o una interpretación forzada o ñoña habrían dado al traste con todo el argumento, pero el equilibrio de ambos consigue el milagro, y deslumbra.
Corolario: Titanic es una película de extraordinaria belleza y espectacularidad, llena de emoción y de sentimiento, y que funciona como un mecanismo de relojería, de ingeniería, con sus partes insuperablemente ensambladas para conseguir un producto final que raya la perfección.
6. La interpretación, sobre todo de los dos protagonistas, que inician aquí su fructífera carrera cinematográfica, y que dan (tan pronto) una lección de buena actuación y de acoplamiento total a sus papeles, pues, con la ayuda de un magnífico guión y de una excelente ambientación, consiguen hacer creíbles y verosímiles a unos personajes puestos en situación inverosímil y prácticamente increíble. No otra cosa es la ficción, y Titanic no es un documental. Un patinazo en el guión o una interpretación forzada o ñoña habrían dado al traste con todo el argumento, pero el equilibrio de ambos consigue el milagro, y deslumbra.
Corolario: Titanic es una película de extraordinaria belleza y espectacularidad, llena de emoción y de sentimiento, y que funciona como un mecanismo de relojería, de ingeniería, con sus partes insuperablemente ensambladas para conseguir un producto final que raya la perfección.