Lo mejor de la Crawford y lo mejor de la Davis en un duelo interpretativo majestuoso y sin parangón de dos actrices míticas, de dos divas con casta, solera y un buen hacer que raramente se encuentran. Dicen que las dos se odiaban. Bendito odio entonces, por traducirse en unas interpretaciones como éstas.

Un film de terror psicológico que toca con brillantez absoluta muchísimos palos y que ya se ha convertido en un clásico. Escenas inolvidables, planos de lujo, no le falta ni le sobra ni un milímetro de cinta.

Alucinante, de orgasmo total e impresindible en cualquier videoteca que se precie.