Romántico aventura para que G. Cooper llene la pantalla con su presencia seductora.
Pero también para algo más.
La historia no presenta dobles tintas y enseguida anuncia un desarrollo más previsible de lo conveniente. Sin embargo, J. Hathaway le saca partido gracias a una exquisita labor de composición y de dirección.
La narración resulta algo descompensada e irregular en su ritmo pero genera fuerte impacto plástico y emocional incluso en los momentos de menor notoriedad.
A medida que entra en materia, los giros argumentales se vuelven más interesantes y el director mantiene siempre un alto nivel cinematográfico por lo que la película gana enteros y completa su periplo con auténtica brillantez.