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Voto de MovieMaker_Dabiddo:
9
6,3
1.761
Terror. Drama
Cuando Minami es enviado a asesinar a su mentor, Ozaki, que está en medio de una crisis nerviosa, se embarca en una odisea de inexplicables fenómenos que comenzarán con la muerte de Ozaki y la posterior desaparición del cadáver, que lo llevará a conocer los personajes más extraordinarios y vivir las situaciones más sorprendentes... (FILMAFFINITY)
18 de septiembre de 2007
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acomódate en tu sillón y prepárate para adentrarte en el fabuloso y disparatado mundo del director osaqueño.
Terror, drama, comedia y fantasía son los estilos que el director nipón mezcla en esta esquizofrénica aventura. Excelente material psicológico para descifrar la mente perversa y enajenada del Tarantino japonés.
Un claro ejemplo de lo que es la libertad y la originalidad cinematográfica.
Terror, drama, comedia y fantasía son los estilos que el director nipón mezcla en esta esquizofrénica aventura. Excelente material psicológico para descifrar la mente perversa y enajenada del Tarantino japonés.
Un claro ejemplo de lo que es la libertad y la originalidad cinematográfica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La surreal historia gira en torno a la desaparición y consecuente búsqueda de Ozaki, un yakuza mentalmente trastornado y mandado a ser liquidado por parte de su discípulo y ''hermano'' Minami, el cual tendrá que hacer frente a una serie de acontecimientos anormales e indescriptibles para conseguir allarlo.
Desde los primeros minutos de diálogos el director ya nos advierte de que no nos tomemos en serio lo que nos va a narrar. Por lo tanto, lo mejor que se puede hacer al ver esta película y otras tantas de Miike es dejar a un lado todos los prejuicios morales y éticos que se puedan tener y abrirse al interesante universo de la cultura oculta de los japoneses.
El impecable Sho Aikawa (Ozaki) está paranoico y no distingue la realidad de la ficción, su aniki (hermano yakuza), Minami, lo conduce hasta un desguace de Nagoya para eliminarlo por orden de su depravado y lascivo jefe yakuza que usa como suplemento a la viagra un cucharón introducido por el recto. Sin embargo, Minami no sabe que el mundo que contempla Ozaki en su consciente es tan real como la propia realidad que va a explorar.
Nagoya es un pueblo creado con la inmensa imaginación de Takashi Miike donde no existe moralidad ni tabúes; un restaurante regentado por travestis pervertidos y frecuentado por personas irracionales que repiten una y otra vez la misma conversación, una licorería atendida por una americana que atiende a los clientes con un guión imposible que tiene las respuestas a las preguntas que previamente van a formular, un desguace en el que destrozan coches con sus ocupantes y luego trafican con sus restos y pieles y, por último, un hostal inmoralmente social donde se comercializa leche materna. El clímax de de la obra de Takashi llega cuando Minami conoce a una mujer que incomprensiblemente da a luz al desaparecido Ozaki.
Obviamente habría que desentrañar la infancia del director para entender este filme pero la verdad es que no se puede negar que Takashi no nos sorprenda y nos haga reflexionar en cada fantasía que lleva a cabo.
En cuanto a su visionado, la película es entretenida, cruda y a veces hasta divertida porque con Takashi Miike nunca sabes con que hecho inexplicable te puede asombrar dentro de su infinita maquinación. El argumento ilógico igual que sus personajes y la música acertada para los momentos de suspense. Un caos irracional e incomprensible que hay que ver si cres que lo has visto todo en el celuloide.
Desde los primeros minutos de diálogos el director ya nos advierte de que no nos tomemos en serio lo que nos va a narrar. Por lo tanto, lo mejor que se puede hacer al ver esta película y otras tantas de Miike es dejar a un lado todos los prejuicios morales y éticos que se puedan tener y abrirse al interesante universo de la cultura oculta de los japoneses.
El impecable Sho Aikawa (Ozaki) está paranoico y no distingue la realidad de la ficción, su aniki (hermano yakuza), Minami, lo conduce hasta un desguace de Nagoya para eliminarlo por orden de su depravado y lascivo jefe yakuza que usa como suplemento a la viagra un cucharón introducido por el recto. Sin embargo, Minami no sabe que el mundo que contempla Ozaki en su consciente es tan real como la propia realidad que va a explorar.
Nagoya es un pueblo creado con la inmensa imaginación de Takashi Miike donde no existe moralidad ni tabúes; un restaurante regentado por travestis pervertidos y frecuentado por personas irracionales que repiten una y otra vez la misma conversación, una licorería atendida por una americana que atiende a los clientes con un guión imposible que tiene las respuestas a las preguntas que previamente van a formular, un desguace en el que destrozan coches con sus ocupantes y luego trafican con sus restos y pieles y, por último, un hostal inmoralmente social donde se comercializa leche materna. El clímax de de la obra de Takashi llega cuando Minami conoce a una mujer que incomprensiblemente da a luz al desaparecido Ozaki.
Obviamente habría que desentrañar la infancia del director para entender este filme pero la verdad es que no se puede negar que Takashi no nos sorprenda y nos haga reflexionar en cada fantasía que lleva a cabo.
En cuanto a su visionado, la película es entretenida, cruda y a veces hasta divertida porque con Takashi Miike nunca sabes con que hecho inexplicable te puede asombrar dentro de su infinita maquinación. El argumento ilógico igual que sus personajes y la música acertada para los momentos de suspense. Un caos irracional e incomprensible que hay que ver si cres que lo has visto todo en el celuloide.