Craig Gillespie es el firmante de ‘Noche de miedo’ (2011), la actualización a nuestros tiempos del film de Tom Holland. Gillespie opta por el camino de lo oscuro, poco espacio para la comedia, y un nuevo envoltorio siendo la misma historia (con matices).

Entrar a discutir lo necesario de este remake (y de todos en general) es una tarea tan aburrida que no merece la pena. Basta decir que si se conoce el original, ver el remake es en el 99% de los casos perder el tiempo (salvando algunos casos, todo sea dicho). Encima, estamos ante un remake de un film que era (y sigue siendo) una cinta muy simpática, pero más cercana a la pieza de culto que a la obra maestra. ‘Noche de miedo‘ (1985) fue un film que impactó porque mezcló a la perfección comedia con terror. Además se benefició de unos trucajes en efectos especiales realmente magistrales y, sobre todo, era un film que tenía como protagonista a un chaval amante de pelis de terror que vivía en sus propias carnes un cuento de horror. En su versión renovada, todo eso ha desaparecido. Y lo único que se ha quedado es la lucha de un chico por su novia.

Sobre la dirección de Gillespie hay que agradecerle que no escatima en violencia y sangre. La cinta mantiene el ritmo en todo momento (incluso para los conocedores del original), y aunque no tiene su humor negro lo suple con mayores dosis de acción, explosiones y flipadas servidas al gusto del consumidor actual.
Los actores cumplen bastante bien con sus roles. Anton Yelchin tiene ese aire a chaval normal a lo Shia LaBeouf cuando este era más joven. Toni Collete es una actriz capaz de sacar adelante papeles como este sin pestañear. Mintz-Plasse sigue explotando sus características de bicho raro. Colin Farrell está realmente siniestro disfrutando de su personaje. La peor parte se la lleva, sin duda, un irritante David Tennant poseído por el espíritu del peor Nicolas Cage...

En definitiva: Sin ser una cinta a recordar esta nueva ‘Noche de miedo’ consigue cumplir con su cometido, sobre todo, por lo acertado de su villano, un gran Colin Farrell al que se le notaba con ganas de resucitar su carrera, y que es quién se lleva la palma en este innecesario pero, al fin y al cabo, entretenido remake. Si acuden a ella, sin pretensiones algunas, les gustará. Si son fans del original, seguramente terminen bastante mosqueados con su visionado.

-Lo mejor: Colin Farrell y la contundente dirección de Gillespie.

-Lo peor: ¿Era necesario convertir a Peter Vincent en un ser tan despreciable?

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