Lo primero que se nos deja claro en este documental fue la intención de ser filmado de forma legal, es decir, con todos los permisos y autorizaciones para rodar en toda Taiji. Sin embargo, y tras varias reuniones esto no fue posible. Ante estas negativas el equipo decidió rodar con cámaras ocultas y sin los permisos necesarios.

Me llama poderosamente la atención que las autoridades no les dieran los permisos necesarios, que levantaran prohibiciones y que incluso les espiaran y siguieran al más puro estilo KGB. Y me llama la atención, porque si las autoridades creen que lo que se hace en Taiji está bien pues… ¿qué problema hay para dejar filmar en toda la isla y explicar qué hacen y por qué lo hacen?… la respuesta está clara. Aquí no hay “Áreas 51” ni secretos militares que no puedan ser rodados, no, lo que se oculta en la cala de Taiji es una verdadera carnicería, una masacre sin el más mínimo sentido que todavía hoy se mantiene en base al dinero. Todo por dinero.

El documental es muy bueno a nivel de denuncia y consigue el efecto buscado. Está filmado con cámaras ocultas y con un estilo de videodiario que combina entrevistas, reuniones internaciones, declaraciones y las operaciones camufladas del equipo en busca de la verdad. Una verdad que se muestra tal cual al espectador a lo largo de los 92 minutos que dura el documental.

En definitiva: Un gran documental que a nivel de denuncia consigue el efecto deseado con su filmación: sacar a la luz una sangrante realidad oculta en Taiji y concienciar al espectador de que esto se debe parar de alguna manera. Imprescindible para saber cómo "cuida" el hombre a uno de los animales inteligentes de nuestro planeta.

-Lo mejor: Conseguir implicar al público en la denuncia relizada en el documental.

-Lo peor: No se muestran los argumentos contrarios a la postura defendida por Louie Psihoyos y Ric O´Barry, aunque las autoridades tampoco quisieron decir nada...

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