Muy bien ambientada, acertado perfil de los personajes; con su director Robert Benton, inspirado pero no magistral; resultado un ondulante, sin que acabe de sumergirse en esa profundidad tan necesaria para llegar a relato conmovedor.

La historia pudo haber llegado a poderosa, lo consiguió en parte, al mantener el drama alejado del sentimentalismo mas prosaico, avanzando como narración amena y agradable.

Sally Field está correcta, pero bajo mi criterio, no tan arrebatadora como para merecer el Oscar a mejor actriz que consiguió en 1.985. Respecto a Ed Harris, siempre me ha gustado esa masculinidad que suscita sin necesidad de hacer nada. Aquí las escenas tórridas interpretadas por él, son sugerentes con ese puntlilo canalla que tan atractivo resulta, evitando traspasar cualquier límite, más allá de lo que insinúa.