Sí, amig@s, la AVENTURA con mayúsculas. La que nunca te cansas de ver, la que tarareas 5 días después de verla, la que te reconcilia con la vida, la que hace que te plantees comprarte un sombrero fedora y una chupa de aviador usada, la que te emociona desde la primera escena hasta la última. La que te transporta de Hispanoamérica a los EEUU y de ahí al Tíbet y luego a Egipto y al Egeo y...¡y a donde sea! ¡Pero que me lleven con ellos! Eso es esta película.

Su protagonista es la aventura, el descubrimiento, la exploración, el viaje, lo desconocido. Todos los actores sólo son comparsas, acompañantes de ella.
El carismático de Ford lo borda, es verdad, pero no lo tiene difícil. Su personaje es un chollo: socarrón, simpático, culto, inteligente, resolutivo, bien plantado. Vamos, un Han Solo, pero con estudios universitarios.
A destacar Karen Allen que hace con 40 años de antelación el papel de mujer empoderada. Su simpatía y las miradas a Indy nos convencen de que, por lo menos en ese sentido, la flecha de la relación amorosa es creíble.
Los secundarios son muy interesantes y acaban siendo tan icónicos como el arqueólogo: el amigo egipcio, el competidor francés y pedante, el profesor compañero en la universidad, el inquietante agente de la gestapo...

Efectos especiales que no aguantan el paso del tiempo si hablamos de luces, rayos, brillos...Pero cuando se trata de escenas de acción sólo puedes decir: OLE, OLE Y OLE. No sé cuantos extras necesitaron ni cuanto les pagaron pero se ganaron hasta el último céntimo. La escena del camión es brutal. Y el arranque en el templo de los Hobitos es, en mi opinión, el mejor arranque y las mejores secuencias de la historia del cine. Me gusta el cine de autor pero también me gusta la magia del cine para hacerme viajar y emocionarme.

Esta película consigue que retroceda en el tiempo ¿40 años? para volver a ese cine, desde hace ya mucho tiempo supermercado. Y que cada vez que pase por en frente de su ubicación me acuerde de esa tarde de domingo y bendiga a Spielberg, a Ford, a Lucas y a las madres que los parieron.