El siempre provocativo Quentin Tarantino nos presenta una historia inspirada en las películas clásicas de kung fu que marcaron una época, y que actualmente siguen teniendo numerosos aficionados. Gran mérito se le debe al magnífico luchador Bruce Lee, que marcó un antes y un después en este tipo de cine.
Este primer volumen de la historia de “la novia” que busca venganza engancha desde el principio haciendo que su duración pase rápido. Ello es debido a un guión que mezcla perfectamente la acción, las artes marciales y el humor.
El director ya nos tiene acostumbrados en su cine a esa fusión tan particular de humor y acción bastante agresiva con fuertes dosis de sangre. Lógicamente esta mezcolanza no es del agrado de todo el mundo, pero en mi caso me suele gustar. Su toque es único.
El guión además de añadir escenas de artes marciales muy bien trabajadas y bastante logradas; el director toca más palos del arte nipón. Añade a ese guión dividido por capítulos uno con formato manga, introduciendo por primera vez en su cine la animación. Además, la tradición y arte de las catanas se encuentran muy presentes, dando un tono más elaborado al incluir el idioma japonés en esas escenas.
Sin lugar a dudas el guión es el plato fuerte de esta fantástica película, junto con el preciso toque de su director. Pero no hay que obviar las grandes interpretaciones. Uma Thurman está soberbia en su trabajo, y sin lugar a dudas es uno de sus mejores papeles. Junto a ella una Daryl Hannah y una Lucy Liu que encandilan a la cámara con cada movimiento.
Un film que cuenta con una de las mejores bandas sonoras que se han podido oír actualmente en el cine, mezclando ritmos tan diferentes como el flamenco y melodías orientales. Acompañando a esta banda sonora, una fotografía cuidada al detalle, que nos embruja como cada movimiento del kung fu.
En fin sorprendente película que no decepciona y que deja con las ganas de continuar con la siguiente entrega para saber si los deseos de venganza de “la novia” llegan a cumplirse o no.