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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de Travisloock:
8
Drama A finales del siglo XIX, la mansión Amberson es la más fastuosa de Indianápolis. Cuando su dueña, la bellísima Isabel, es humillada públicamente, aunque de forma involuntaria por su pretendiente Eugene Morgan, lo abandona y se casa con el torpe Wilbur Minafer. Su único hijo, el consentido George, crece lleno de arrogancia y prepotencia. Años más tarde, Eugene regresa a la ciudad con su hija Lucy, y George se enamora de ella. (FILMAFFINITY) [+]
13 de agosto de 2013
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El montaje es finalmente la película. El guión es sólo el comienzo, la red, la cual nos ponemos de salvavidas o excusa por si no encontramos en la sala de montaje nada mejor. Es necesario, sobre todo en ejercicios de cine independiente (digital o no), practicar sobre cómo podemos encontrar una historia dentro de la argamasa de imágenes que tienes rodada.

Este ejemplo es básico.http://www.youtube.com/watch?v=f65-cUhskBc

Una serie de imágenes que el director cogió a su parienta en el parque del capricho de Madrid, quizás llamado por el contraste de color del follaje verde de los árboles con el tinte rojo de su pelo. Después 6 minutos de imágenes desordenadas, ves en la sale de montaje si hay o no hay una pequeña historia dentro. En este caso, una mujer que va a un monumento y luego se va. Eso ya es algo significativo. Es un comienzo. Organizas las imágenes, el comienzo puede ser el final, sólo tienes que ver estar atento a las perspectivas de imagen que has cogido. Puede haber una historia escondidita ahí. Puedes darle un significado de primera persona. Pero es perfilar los detalles.

Por ello, cuando Welles habla de que con el montaje de "El cuarto mandamiento", le fastidiaron la película, puede ser que el espectador o cinéfilo medio, hable de que el bueno de Orson exageraba sin llegar a darse cuenta de todas las implicaciones que el cineasta apuntaba. La queja, de que el film finalmante se hace en la sala de montaje y no sólo consiste en captar imágenes, pudiera tildarse de tiquismiquis, cuando en realidad, no deja de ser la mayor verdad en esto del cine: si un director no está en la sala de montaje final, puede incluso negarse a poner su firma en el proyecto en el apartado "Dirigido por". Van unidas ambas labores de una manera inseparable.

Luego, no. "El cuarto mandamiento" no es de Welles. Y Welles está en su derecho de repudiar este film.
Travisloock
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