Entre la mitología griega abundan las historias dentro de las cuales un determinado personaje/héroe quiere acceder a una sabiduría que le está vedada por su condición humana, y cuya empresa termina por ser, una vez más, una rotunda tragedia. Pero...¿qué tiene esto que ver con el policial de Aldrich? Poco y mucho.

En principio, no conocía nada de este dire y me he quedado caído de traste, porque su famosa peli de serie B tiene tantas limitaciones que terminan por no notarse. A ver si me explico: si usa malos actores, la atmósfera desquiciada y el trato singular de sus personajes lo disimulan, no parecen malos actores, parecen locos. Si el uso de la cámara es humilde, no importa, él usa planos cortados, piernas, rostros, que tan sólo reflejan el estado fragmentario del mundo que logra construir. Si el prota no varia en sus registros pues...no lo necesita: es su guiño paródico al cine de detectives que lo saben todo y son re hardcore (la secuencia en donde el prota observa el cadáver de la mujer y establece esa cadena de razonamientos es delirante y genial).

Y la frutilla del postre: está catalogada como cine negro, algo de eso hay. No obstante, el prota persigue por mera curiosidad unos datos que no llegan, una verdad que se le escapa por su propia naturaleza inaprehensible, y ese final quiebra la lógica de cualquier policial. Asistimos a la primera fusión del cine negro con la ciencia ficción, y el resultado quedará para la historia.