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El beso mortal

Cine negro. Intriga El detective Mike Hammer recoge en la carretera, en plena noche, a una muchacha que huye de un peligro mortal. Poco después son interceptados por los acosadores, unos despiadados matones que, tras torturar y matar a la muchacha y pegar una paliza al duro detective, les arrojan por un precipicio. Hammer logra salir indemne, y se dedicará a investigar este misterioso caso... (FILMAFFINITY)
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Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
25 de marzo de 2010
73 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
No quisiera pasar por el típico aguafiestas que se dedica a desmotivar cinéfilos por amor al arte pero me veo en la obligación de advertir, ante todo, que “Kiss me deadly” no es una peli cuyo guión pueda tomarse demasiado en serio. Y no sólo porque su desenlace sea digno de la más delirante y paranoica peli de ciencia ficción, sino porque todas las pistas que va siguiendo Mike Hammer (Ralph Meeker) a lo largo del film -a pesar de mantenernos considerablemente intrigados- dejan demasiados cabos sueltos y rozan, en muchos casos, el surrealismo puro y duro. Algo que, tratándose de una peli de cine negro de mediados de los 50 no deja de ser una atípica circunstancia únicamente justificable por el estado de relativa inquietud permanente que, hasta cierto punto, propiciaba la guerra fría.

Aún así, si somos capaces de liberarnos de las férreas tenazas de la verosimilitud argumental y conseguimos zambullirnos de lleno en ese turbio universo fuertemente impregnado de sexo, violencia y amoralidad que tanto la novela de Spillane como la peli de Aldrich nos proponen, disfrutaremos -sin lugar a dudas- de una de las joyas del cine negro de la serie B más interesantes de la historia del cine.

“Kiss me deadly” es, por consiguiente, una de esas pelis que merece la pena ser degustada –fundamentalmente- por los sentidos. Por eso mismo me gustaría hacer especial hincapié en ese amplio repertorio de recursos visuales (planos bajos, angulaciones insólitas, logrados claroscuros, cámara subjetiva) y sonoros (sobre todo esa música efusiva e intimidatoria) que emplea Aldrich para cogernos de la solapa, darnos un par de sopapos y obligarnos a acompañar al violento y antipático Hammer en su periplo investigador. Un periplo al que ningún adepto al género podrá ni querrá negarse. Seguro.
Taylor
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1 de mayo de 2011
51 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de culto producida y dirigida por Robert Aldrich (1918-1983). El guión, de Albert I. Bezzerides, se basa en la novela “Kiss Me Deadley” (1952), de Mickey Spillane. Se rueda en escenarios reales de L.A., Calabazas y Malibú (CA) y en los platós de Sutherland Studios (L.A.) a lo largo de tres semanas escasas y con un reducido presupuesto de 410.000 USD. En 1999 es premiada con la inscripción en el Nacional Film Registry. Producida por Parklane Pictures y distribuida por UA, se estrena el 18-V-1955 (EEUU).

La acción dramática tiene lugar en L.A., Hollywood, Malibú y localizaciones cercanas, a lo largo de varios días del comienzo del invierno de 1955. El detective privado Mike Hammer (Meeker), mientras conduce su Jaguar deportivo blanco de dos plazas camino de L.A., se ve obligado a detener el coche para recoger a la joven Chrystina Bailey (Leachmen), que huye asustada, descalza y cubierta solo con una gabardina. Hammer es aficionado a las apuestas, se relaciona con personas de la mala vida, es codicioso, amoral, mujeriego, despiadado, vanidoso, machista y sumamente egoísta. Su figura fue creada en 1947 por el novelista Mickey Spillane. Carece de principios éticos a diferencia de lo que ocurre con otros detectives privados de la época, como Philip Marlowe o Sam Spade. La egolatría de Mike se ilustra a través de los coches deportivos que maneja. Su buen nivel cultural se evidencia a través de la costumbre que tiene de hablar con metáforas.

Se relaciona con una galería de personajes extraños, en la que no faltan asesinos, malvados, matones, sádicos, pervertidos, etc. Trabaja para individuos oscuros y turbios relacionados con el submundo de las apuestas ilegales. Se mueve en escenarios lúgubres, misteriosos y agobiantes, sucios y decadentes, saturados de ruidos callejeros estridentes y poblados por personas extravagantes. La violencia es abundante y se concreta en escenas, algunas fuera de plano, sobrecogedoras y perturbadoras.

La obra presenta una progresión dramática absorbente que lleva al ánimo del espectador la sensación de que se halla inmerso en un viaje imparable hacia el desastre o el Apocalipsis. Se imponen sentimientos que llenan el ánimo de sensaciones de sometimiento al dictado de la fatalidad o, peor aún, del reino del mal. Lo corroboran algunas alusiones relacionadas con experiencias devastadoras y siniestras, muy vivas en la memoria de todos en los primeros años 50.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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10 de febrero de 2009
32 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una obra maestra del cine negro, un clásico policial del cine clase B, un “film” que con el tiempo encontró su marca de clásico.

El detective Mike Hammer recoge en la carretera, en plena noche, a una mujer que huye. Poco después son interceptados por los seguidores, unos despiadados asesinos que, tras torturar y matar a la muchacha y darle una paliza al duro detective, lo arrojan por un precipicio.

Hammer logra sobrevivir y se dedicará a investigar este misterioso caso. Las pistas lo conducen hacia un objeto, una extraña caja con un poder sobrenatural en la que todo aquel que la deseaba tener, acaba muerto.

El detective Mike Hammer fue creado por el escritor Mickey Spillane en la novela “I, the Jury” (1947), aparecería en un total de trece novelas, entre ellas “Kiss Me, Deadly” (1952), también ha aparecido en otras películas y series de televisión. Los actores que han encarnado a Hammer están el propio Spillane, Darren McGavin y Stacy Keach.

La película fue prohibida en España por la censura franquista; a principios de los años 70 fue emitida por televisión, y después, en 1986, se estrenó en cine en versión original subtitulada. En Inglaterra, la importantísima escena de la tortura a Cloris Leachman fue eliminada en su estreno.

La película tuvo un presupuesto $410,000 y genero por venta de taquillas la cantidad de $882 solamente en Estados Unidos, además en el año 1999 fue inscrita en el “National Film Preservation Board”.

Mickey Spillane (1918 - 2006), escritor estadounidense. Spillane es un escritor que ha sido a menudo, tratado de ultraderechista y pornográfico, abiertamente conservador, y tienden a presentar a la mujer como un mero objeto sexual.

Sus novelas son entretenidas y de puro género negro, y su personaje: Mike Hammer, se ha convertido en el paradigma del detective duro cuya ética personal es más importante que las convenciones legales de la sociedad.

En 1946 decidió escribir un libro y probar suerte. Esta novela fue “I, The Jury”. Fue publicada en 1947, presentando al mundo a Mike Hammer, el personaje que protagonizaría la mayoría de los siguientes libros. Continuó escribiendo, y sus libros comenzaban a venderse cada vez más, aunque los ataques de la crítica también crecieron, quejándose de la naturaleza violenta y sexual de sus historias.

Entre 1947 y 1952, Mickey escribió y publicó siete libros, todos ellos con ventas millonarias. El último de ellos, publicado en 1952, fue “Kiss Me, Deadly”, que se convertiría en uno de sus libros más vendidos. Sería su último libro publicado en toda la década. Existieron muchos rumores sobre porqué Mickey dejó de escribir en la cima de su carrera.
operez
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3 de noviembre de 2009
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert Aldrich es sin lugar a dudas uno de los directores más curiosos y extraños dentro de la historia del cine norteamericano.

No es el caso de uno de esos cineastas europeos que llegaban a Hollywood en busca de fortuna o huyendo de algo, o ese otro fenotipo de americano que llegaba al cine porque su familia se dedicaba al negocio ya. No, la familia de Aldrich era americana, pero no necesitaban buscarse la vida y no tenían vinculación con el cine. Su abuelo fue todo un senador de los Estados Unidos, su padre dueño de un destacado periódico y su tío político ni más ni menos que el hijo de Rockefeller. Podía haberse dedicado a cualquier cosa, pero un buen día dejó sus estudios de económicas y se interesó por el cine.

Con una decena de películas magníficas, el cine de Aldrich ha influido a tantos y tan variados cineastas posteriores, que resulta hasta contradictorio. Desde la Nouvelle Vague a Tarantino, pasando por Walter Hill y terminando por colectivos gays, todos ellos se han acercado a su cine y les ha marcado profundamente.

“El beso mortal” es un clásico inexcusable, una de esas películas que tienen pocos medios pero tanta clase, estilo e interés que resultan asombrosos. Excelente fotografía y unas interpretaciones prodigiosas en especial la de Ralph Meeker, en la piel de Mike Hammer que ha hecho historia. Años más tarde volvería con Aldrich para ser uno de sus “Doce del patíbulo”.

Veo que a algunos desconcierta ese final, debo señalar que me parece perfecto, es una mezcla extraordinaria de cine policiaco con la ciencia ficción, y si quieren con el terror, que le confiere un carácter diferente e incomparable en un guión complejo pero muy bien trabajado de los que no se suelen encontrar.

Nota: 7,5.
vircenguetorix
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22 de mayo de 2009
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor de esta película de detectives es su despiadada atmósfera de cine negro, su fotografía y algunos encuadres que muestran piernas, pantalones o zapatos aportando misterio y situándonos en planos más interesantes que los excesivos y melosos primeros planos del protagonista.
Para mi gusto, este Mike Hammer, es demasiado guapo y engreído y poco creíble por su blandura de facciones. Las mujeres caen rendidas no por su talento o sus feromonas (Humphrey Bogart) sino por sus claros y dulces ojos.
La puesta en escena de Robert Aldrich es excelente pero el guión resulta un poco embrollado y el fantástico y apocalíptico final ha envejecido malamente, resultando incluso un poco ridículo.
La personalidad y el morbo de la secretaria es de lo más plausible del film y la voz en off se agradece porque explica algunos recovecos.
El Mike Hammer televisivo de treinta años después resultó bastante más próximo. Los muchos defectos (misoginia, brutalidad, egoismo..) necesarios para sobrevivir en un mundo de alimañas y las pocas virtudes que humanizan al personaje están mejor resueltos en la serie.
Sinhué
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