Comentaba en relación a la primera temporada que sobresalía del resto de series actuales debido al gran uso que hacía del diálogo. En esta segunda parte la intención es la misma, pero el resultado diferente. No un resultado malo, pero sí uno menos satisfactorio, lo cual es normal y era de esperar. Sin embargo, no sería justo valorarla en relación a la temporada anterior puesto que no tienen ningún vínculo (argumentalmente hablando).

¿Cuál es el problema realmente? Los personajes son menos atractivos. El magnetismo de Rust Cohle no se observa en el carcomido Colin Farrell, en el atormentado Taylor Kitsch ni en el hierático Vince Vaughn. Cada uno con sus traumas/dramas familiares que dan ligero repelús como el del hijo horrible del poble Colin. Además, a la trama general le falta un "algo" que enganche más (además de las fiestas con putas y éxtasis). Sientes que está todo bien realizado pero no sientes la emoción de estar viendo algo brillante.

Pero eso no quiere decir que esté exenta de calidad, como buen producto HBO. Una buena intro, unos buenos exteriores, una selección de canciones no muy variada pero acorde al ritmo pausado de la serie y algún diálogo puntual por encima de la media.

Ni tan buena ni tan mala, pero digna ante todo. Que ya es algo.