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España España · Palma de Mallorca
Voto de JOSEMIDIAM:
6
Comedia La noche del 2 de marzo de 1953 murió un hombre. Ese hombre es Josef Stalin, dictador, tirano, carnicero y Secretario General de la URSS. Y si juegas tus cartas bien, el puesto ahora puede ser tuyo. Una sátira sobre los días previos al funeral del padre de la nación. Dos jornadas de duras peleas por el poder absoluto a través de manipulaciones, lujurias y traiciones.
26 de agosto de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace falta arresto para convertir a los asesinos en payasos. Sólo de esta forma se pueden decir cosas cuando no se pueden decir de otra forma. Lo hicieron Charlie Chaplin en "El gran dictador", Ernst Lubitsch en "Ser o no ser" y Berlanga en "El verdugo", por poner unos ejemplos memorables. Las tres películas estuvieron prohibidas en la España franquista. En "La muerte de Stalin" los personajes se comportan como los títeres de un guiñol, decidiendo de forma trivial y arbitraria sobre la vida y la muerte de los demás. El sarcasmo impenitente llevado al extremo arranca risas nerviosas por no llorar. Mención especial merece la magnífica música de Christopher Willis, directamente inspirada por las sinfonías de Shostakovitch, quien, además, interpreta el sólo de piano de alguna secuencia concertística. Cuando no suena la música original en las situaciones solemnes, es porque la sinfonía patética de Tchaikowski acompaña al sepelio del dictador. El film precisa una segunda visión para percibir ciertos detalles. El desarrollo es un tanto irregular, a veces demasiado denso y a veces demasiado relajado.
JOSEMIDIAM
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