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Voto de seagal4ever:
7
Drama Inspirada en la novela homónima de E. Zola. El maquinista de tren Lantier (Jean Gabin) es un hombre solitario marcado por el estigma hereditario de la locura. No puede reprimir su misoginia y su trato con las mujeres es muy violento. Solo es feliz mientras conduce su locomotora que cubre el trayecto desde El Havre hasta París. Comete un gran error al enamorarse de Sévérine (Simone Simon), que lo que busca es inducirlo a matar a su marido. (FILMAFFINITY) [+]
24 de agosto de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de contrastes. Sí, señor. De muchos contrastes. Sin pensar en demasía, soy capaz de recordar algunos pasajes absolutamente estremecedores y fascinantes, brillantemente interpretados y prodigiosamente filmados. Pero del mismo modo, a no mucho que cavile, también recuerdo con bastante detalle escenas de dudoso interés o elementos narrativos de limitado alcance.

Sin embargo tengo que reconocer que las partes positivas han logrado pesar más sobre mi percepción global del filme, y soy igualmente consciente de que cuanto más tiempo pase desde este primer visionado, poco a poco iré borrando de mi mente las partes menos buenas y ensalzando las buenas hasta convertirlas en geniales, pues poseen potencial para ello.

El filme (basado en una obra del célebre escritor Zola) sigue los pasos de Jacques Lantier, un ingeniero de locomotoras con una complicada y traumática psicología que le impide entablar relaciones sociales de gran intensidad. Pese a su intento por no verse atraído por los encantos de ninguna mujer, no podrá sin embargo negarse ante los de Séverine Roubaud, la esposa de uno de sus superiores de la estación en la que su locomotora ha quedado unos días retenida para ser reparada...

El eje central sobre el que orbita todo el filme es la misteriosa figura de Jacques Lantier, el atormentado ingeniero de locomotoras. El retrato psicológico que entre Jean Renoir y Jean Gabin logran ofrecernos es demoledor. Absolutamente inquietante y fatalista. Frustrante por momentos. Una radiografía brutal sobre el lado más salvaje del ser humano y, para más inri, sobre ese lado en un individuo que no es capaz de dominarlo. La presencia de Gabin inunda cada uno de los fotogramas en que participa, convirtiéndose en una especie de agujero negro que absorbe todos y cada uno de los elementos que se encuentran a su alrededor. Renoir es consciente de ello, y no duda en dar un tratamiento ambiguo y solemne a la compleja figura de Lantier.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
seagal4ever
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