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España España · Sevilla
Voto de Musiczine:
4
Ciencia ficción. Aventuras Tras vencer en los 74º Juegos del Hambre anuales, la joven Katniss Everdeen y su compañero Peeta Mellark regresan a casa. Atrás dejaron a sus amigos y su familia, teniendo ambos que participar en un 'tour de la victoria' por todos los distritos. Durante ese largo viaje, Katniss se da cuenta de que se está gestando una rebelión, pero en el Capitolio todo sigue igual y bajo estricto control del Presidente Snow, que está organizando los ... [+]
1 de diciembre de 2013
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que cabe decir de LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EN LLAMAS es que, palmariamente, es una obra muy superior a la irritante, vacua e intrascendente obra que la precede. La primera parte de esta trilogía resultó una soberana decepción, por cuanto no dejaba de ser una sosainas acumulación de grandilocuencia simplona, petarda y edulcorada. LOS JUEGOS DEL HAMBRE (2012), en manos de Gary Ross, no trataba en ningún momento de esconder su meliflua condición de carnavalera, adolescente, rancia, depurada y simplificadora versión/pastel de la conocida BATTLE ROYALE (2000), de Kinji Fukasaku.

Afortunadamente, hay que reconocerle a los productores que el cambio de director le ha sentado bastante bien a esta nueva cita con Katniss Everdeen: LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EN LLAMAS, pese a que sigue presa de una ramplona estructura narrativa, al menos sí consigue que la obligación de visionarla no depare el enojo de su pretérito origen cinematográfico. Gracias a una hábil pirueta de guión, nos hallamos frente a una historia en la que los acontecimientos cuajan una inesperada madurez, una mínima coherencia, que justifica la, otra vez, desaforada duración del metraje.

LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EN LLAMAS comienza haciendo que el espectador reencuentre a los dos protagonistas pagando el rédito de su victoria en la pasada competición. Katniss y Peeta se ven obligados a pasear su éxito por todos y cada uno de los distintos distritos que conforman el estado de Panem. Katniss, ante la amenaza del Presidente Snow, debe fingir más que nunca que su amor por Peeta es verdadero. Durante la gira, ambos, inesperadamente, se darán de bruces con unos emergentes conatos revolucionarios que el máximo mandatario desea atajar.

Para ello, de súbito, Snow, aconsejado por un pérfido nuevo consejero, decide organizar los Septuagésimo Quintos Juegos del Hambre, imponiendo que participen en ellos los vencedores de los últimos años. Los dos jóvenes, por lo tanto, deberán volver a luchar, pero, esta vez, contra rivales bien preparados para la lucha homicida. Ambos volverán a verse involucrados en una durísima competición a vida o muerte en la que, como la primera vez, sólo uno puede salir vivo.

La nueva entrega de la adaptación cinematográfica sobre la saga literaria escrita por Suzanne Collins supera con creces a la primera por la mínima seriedad con la que está urdida la trama. El guión desarrolla con cierta eficacia el cúmulo de responsabilidades con las que la heroína acude a la segunda competición.La salvaguarda de su familia y de su amado, su madurez como luchadora, el desasosiego que le reporta el declarado amor que le profesa Peeta, la carga de conciencia de las muertes ocasionadas en su primera competición y el hallazgo de una revolución social que puede cambiar las cosas en ese estado dictatorial que no cesa de castigar con hambruna, sumisión y muerte a quien manifiesta su protesta, son aspectos que dirimen una sólida evolución en el personaje central.

El film viene dotado de una justificación dramática mucho más densa, trabajada y creíble, a la que no es ajena en modo alguno, nuevamente, la intachable implicación de una Jennifer Lawrence, sin la cual, no exageramos, la película no tendría ningún sentido. La actriz impone una seriedad que es muy superior a la categoría del producto en el que la gasta. Sin embargo, al menos, en esta ocasión, el producto no insulta el talento interpretativo de una actriz que hace de la heroína un personaje tenso, sagaz, dubitativo, presionado y consciente de que a su alrededor se trama algo que, por el momento, se le escapa.

La pena de esta entrega es que la decisión de dividirla en dos partes provoca que la estructura de esta primera sea una copia de la anterior: presentación del personaje, organización de juegos, aprendizaje de las reglas, conocimientos de los rivales, competición y desenlace. Bueno, perdón, no desenlace sino pausa o intermedio de doce meses. El gran lastre de LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EN LLAMAS es ese, que, pese a su manifiesto afán por enmendar la insultante superficialidad del film del año pasado (Lawrence suprime con buen tino la cantidad escenas de fanfarria peluquera kistch), no logra evitar la sensación de que nos hallamos ante un calco mejor, corregido, pero calco.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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