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Voto de Lafuente Estefanía:
7
Western. Aventuras. Romance Jake Cutter (John Wayne), un ránger de Texas, debe llevar a cabo una difícil y arriesgada misión: acabar con una peligrosa banda de forajidos que, cuando está a punto de estallar una guerra, se dedica a proporcionar armas y licores a los belicosos indios comanches. (FILMAFFINITY)
24 de septiembre de 2020
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Arde a lo lejos un rancho en humo y se escucha decir con voz grave: "¡Señal de indios!" (la policía no es tonta, ve colillas ...). Es todo el comentario que se permite Jack Cutter (Wayne) capitán de los Rangers, cuando acompaña camino de la horca a un atildado preso de origen francés, Paul Regré (Stuart). Y es que arrecian en la zona los ataques de los comanches a los ranchos indefensos. Alguien les está suministrando armas a cambio de whisky y otros suministros. Rehabilitado el preso en una preciosa escena en Sweetwater, cuando todos los rangers perjuran ante un abogado poco escrupuloso, junto a su antiguo captor se adentran en "territorio comanche".
Otras escenas interesantes las tenemos en las grandes cabalgadas y persecuciones por aquellos accidentados terrenos, el choque frontal entre los indios que asaltan uno de los ranchos con los rangers que llegan veloces en su defensa, choque que vuelve a reproducirse al final cuando, huyendo del refugio de los comancheros, acuden en su ayuda los rangers otra vez.
Eso sí, los indios son pintados como auténticos bobalicones que se lanzan a lo loco y a pecho descubierto sobre sus enemigos que los esperan bien parapetados, o bien son borrachines y botarates manejados a su placer por los malvados comancheros, todo a cambio de unos tragos de mal whisky. Aquí se ha cargado un poco la mano en contra de los indios.
Mientras tanto, en las primeras escenas en un barco que navega por el Mississippi tiene lugar un fugaz encuentro entre el jugador Regré y la bella Pilar (Balin) que, por motivos que no se explican, ya le había echado el ojo con anterioridad. Vuelven a reencontrarse hacia el final de la cinta para consolidar aquel idilio. Idilio que, como vemos, está cogido demasiado por los pelos, resulta bastante forzado y artificial. En cualquier caso, buena interpretación de ambos. Como también de Wayne, hasta el punto de recordar sus grandes papeles bajo las órdenes de Ford. Y fordianos son también los paisajes donde se rueda gran parte de la obra.
Película buena y entretenida en su conjunto, con una fugaz aparición de un desaprovechado Lee Marvin que parece llevar los mismos pantalones gastaba cuando era Liberty.
Lafuente Estefanía
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