Una pareja de investigadores militares, Paul Brenner (Travolta) y Sara Sunhill (Stowe), que ya han tenido entre ellos sus líos, "Siempre nos quedará Bruselas", se encargan de descubrir al asesino de "La hija del general", la capitán Elisabeth Campbell (Stefanson).
El resto es la vida en el interior de un acuartelamiento del Ejército americano donde la transparencia brilla por su ausencia, "Las versiones de los hechos que dan los militares se descomponen por todas partes".
Es un mundo aparte con sus viejos códigos de honor que a veces ocultan intenciones torcidas. Y es que "Hay tres maneras de hacer las cosas: la correcta, la incorrecta y la manera del Ejército". Que no es la que precisamente van a seguir en sus pesquisas los investigadores.
La cinta tiene intriga, tensión dramática y ritmo vivo. Pero también bastante purpurina, y falsa honorabilidad, "La patria de los valientes", que no oculta sino un patético corporativismo rancio.
El Ejército y sus tribunales de honor que quieren siempre lavar los trapos sucios dentro de la institución. En esta ocasión van a necesitar más estropajo y detergente que suavizantes y aromatizantes.
Buenos diálogos, correctas interpretaciones. Sin ser nada del otro mundo, puede verse.