90% de ficción: El nombre de Marisol ya lo utilizaba Pepa Flores en sus actuaciones antes de que Manuel Goyanes la descubriera.
Los padres no eran tan santos, de hecho, se les pusieron los ojos de dólar con la oportunidad, su madre de humildad bien poca atendiendo a sus apariciones sociales.
La situación en la casa de Don Manuel y prácticamente el "secuestro" de Marisol, incluso su esposa, no era tan hija de ...
¿El rollete con Antonio el Bailarín? Falso, es cierto que tuvieron un idilio, pero que les fastidiaron, chantajearon a Antonio y éste dejó a Josefa y ella lloró desconsoladamente, todo falso. Fue un rollo sin más historia.
Carlos Goyanes no era tan incompetente ¿mafioso? Puede que sí, incompetente nada, basta con revisar su currículum para darse cuenta.
¿Su historia de amor? Nada del otro mundo, de hecho, fue ella quien lo dejó a él por Joan Manuel Serrat.
La mafia montada alrededor de Manuel Goyanes y su intentos de extorsión, falsos, ni que decir que no existía ese contrato "de por vida", ilegal incluso en la España de esa época.
¿Su deseo de dejar el cine? Falso, si bien es cierto que quería ser madre, no era una obsesión tan patológica, la típica de una mujer de su edad, de hecho, no dejó de hacer cine hasta que conoció a Antonio Gades. Basta con revisar su filmografía y los años de inicio de relación con el alicantino. Incluso lo intentó en el teatro, sin demasiado éxito.
Y fue realmente tras el matrimonio de Antonio Gades cuando ocurrió el cambio radical, cortando toda relación con sus socios cinematográficos anteriores, siguió haciendo películas, aunque fueron un desastre, y fue en esa época donde posó desnuda en Interviu y dejó de llamarse Marisol para llamarse Pepa Flores, se metió en política y tuvo a sus hijas, todo por la influencia que Antonio Gades tenía en ella y no porque estuviera hastiada. Era tal el apego hacia su marido, que viajó a Argentina (donde estaba por compromisos profesionales) para estar con él justo antes de que naciera su primera hija, María. Se divorciaron en 1986, y fue ahí donde se desvinculó de la política, del cine y de todo lo demás, para vivir una vida discreta (salvo contadas ocasiones)

10% verdad: Algunas situaciones sí son correctas, acreditado por ella misma, como por ejemplo que sufrió una úlcera en el estómago por exceso de trabajo o que un fotógrafo se propasó durante una sesión de fotos, y la película decide aprovecharlo para maximizar el asunto e intentar venderlo como un drama sin precedentes.

En resumen, que no os engañen, esta película es solo ficción, y como tal, es bastante mala.

Fuentes: El libro "Marisol" de José Aguilar; entrevistas realizadas por el periodista chismoso Jesús Mariñas y el documental "Marisol: las edades de Pepa Flores" (2001) de RTVE y disponible en su página web.