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Voto de Bizarre Master:
3
Ciencia ficción. Acción Sarah Connor (Linda Hamilton) y Grace (Mackenzie Davis), una híbrido de cyborg y humano, deberán proteger a una joven del Rev-9, un nuevo Terminator que viene del futuro. (FILMAFFINITY)
1 de noviembre de 2019
27 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última entrega de la saga Terminator trata de retomar las riendas de la franquicia y revitalizarla obviando la existencia de las secuelas posteriores al clásico del 91.

Se trata de un filme correcto dentro del género de acción, con escenas de acción trepidante y unos efectos especiales que en ocasiones se debaten entre lo bueno y lo mediocre (habiendo un ingente uso del CGI con un resultado por lo general correcto pero con algún despunte).

La trama es la misma que ya se ha visto en infinidad de ocasiones dentro de esta franquicia, una IA del futuro envía a un robot asesino al pasado para eliminar al líder de la resistencia humana antes de que pueda consolidarla y presentar oposición, lo vimos en la primera parte en el 84, en la segunda, tercera y quinta. De modo que hablamos de una fórmula ya muy gastada que refleja la incapacidad de la saga para ofrecer nuevas propuestas (siendo el Salvation la única que trató de virar el rumbo). Sin embargo y pese a ser una mera repetición de la fórmula, esta película se me antoja peor que las secuelas de Terminator 2 habidas hasta la fecha así como un insulto a las dos primeras entregas.

Entre otras cosas esta Dark Fate se encarga de tirar por el sumidero todo lo introducido en las dos primeras entregas de la saga (con un arranque que constituye una declaración de intenciones muy evidente); a todo esto hay que sumarle un ejercicio bastante burdo de utilizar el feminismo como reclamo para vender entradas, al precio de desdibujar al personaje de Sarah Connor así como dar al icónico T-800 la caracterización más ridícula que ha tenido en toda la saga (que ya es decir).

En lo que a los personajes se refiere, Linda Hamilton retoma su papel de Sarah Connor volviéndose a mostrar como la mujer fuerte y capaz que era en la segunda entrega, el Chuache queda relegado a un papel secundario que hace las veces de alivio cómico. Mackenzie Davis hace una buena actuación y su personaje sorprende para bien puesto que va más allá de lo que uno pudiese pensar al inicio. El Rev-9 de Gabriel Luna resulta poco inspirado, puesto que sólo es un refrito del mítico T-1000 de Robert Patrick fusionado con un T-800, y el actor no logra dotar al robot de un semblante intimidante (como si lo hacía Patrick). El personaje más flojo y peor llevado es el de Natalia Reyes, quién acaba siendo el eje central de la película (siendo el objetivo del Rev-9) y no resulta creíble en lo referente a su desarrollo y modo de afrontar la situación.

Al final acaba siendo una cinta poco inspirada, con una historia vista ya demasiadas veces, cuyo mayor "riesgo" es el de vendernos un soft reboot ajustado a los tiempos de lo políticamente correcto diciendo que es una secuela (lo mismo que pasó con Star Wars El Despertar de la Fuerza), como película de acción cumple, sin embargo el guión e historia fallan estrepitosamente además de constituir una visión cínica y retorcida del mensaje de esperanza de las dos primeras entregas, en las que el destino no estaba escrito y podía cambiarse. Sin duda a esta franquicia le aguarda un destino oscuro. Para mi sigue acabando en su segunda entrega con el final alternativo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bizarre Master
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