Por resumirlo en una sola palabra: espectacular.
Amadeus pasará a la historia como uno de los grandes biopics del cine, con un Tom Hulce espectacular, interpretando a un Mozart infantil, medio chiflado y con una risa odiosa y vulgar. Pero con un talento jamás visto antes para la música. Un genio interpretando a otro genio.
Decorados opulentos perfectos, un enérgico ritmo, volantes y pelucas de colores y otros detalles de época muy bien recreados, un montaje digno de un Oscar, un brillante director como Milos Forman al frente de un proyecto enorme.

Guión adaptado de Peter Schaffer a partir de su propia obra de teatro, que tuvo una gran acogida de público y crítica, Amadeus sitúa la llaneza y natural creatividad de Mozart frente a las simples creaciones del "mediocre" Salieri (mediocre entre comillas, porque Salieri es un grande de la música clásica)
El gran rival de Mozart está interpretado por un más que correcto F. Murray Abraham, a pesar de que el maquillaje al que lo someten como Salieri anciano no es gran cosa (de los pocos peros que tiene esta película).

La intención de Forman fue convertir en algo contemporáneo y hasta pop la vida y logros de uno de los mejores cerebros de la historia.