No se puede pedir mas a una película de detectives que el compendio de jugadas que nos ofrece esta cinta. Por un lado vemos a un Sherlock un poco cambiado, menos metódico, mas autista y muchísimo mas centrado en resolver casos que los medios empleados. Por otro vemos a un Watson apartado de los tópicos que ofrecían una versión de un sobrepesado compañero de aventuras del detective mas famoso de la historia. Ambos bajan al barro para esta versión de Guy Ritchie y no tienen miedo a mojarse, pelearse, saltar o correr por un Londres muy bien recreado y con muchos guiños a la actualidad.

La historia es interesante, no es lo que mas sobresalga de todo el compendio que supone esta película y no deja de ser el típico monte de tópicos que acaban por resolverse al final con una música intrigante, aún así es algo original que merece la pena ver. En algunos momentos puede resultar algo vacía puesto que no siempre se ha vigilado lo suficiente por mantener el ritmo narrativo para que el espectador no se duerma.

Mención especial merece en mi opinión la escena de las explosiones a cámara lenta, sin duda analizada como coreografía, potencial técnico y efectos especiales sumados a la música, es una de las mejores que se pueden ver en el género de acción. Sin mas toda la parte técnica de la película es mas que correcta cumpliendo con su cometido.

Esta pareja ha llegado, y viene para quedarse en nuestras salas con próximas entregas. Siéntense, disfrútenlas, y sobre todo no desvelen a nadie el guión.