Me gustaría ser condescendiente con el cine español, pero cuando me pongo delante de un producto con una factura técnica impecable como ésta (fotografía, dirección artística, vestuario, etc. todo correcto), no puedo evitar preguntarme si es que nadie se había leído el guión antes de empezar a rodar. O bien, cómo lo han podido estropear tanto en el rodaje si no estaba tan mal. O peor aún, si el guión no estaba tan mal y el rodaje se hizo correctamente ¿cómo han podido montar semejante truño?

Se desprenden de mis palabras que no estoy siendo condescendiente. Seguramente porque el director es Manuel Gómez Pereira, que en sus días de gloria era idolatrado por público y crítica y yo no veía motivo de tanta adulación. Sencillamente eran lo guiones y los actores los que estaban bien, pues su dirección, aunque técnicamente correcta adolecía de la soltura en la puesta en escena que requiere la comedia.
Así pues, a esa torpeza, si se le cambia el género, se encuentra uno con este engendro en el que todo es discursivo y cuando se intenta montajes en paralelo o sencillamente contar algo tan sólo con la cámara se hace de manera torpe y farragosa. Cuando no se provocan risas involuntarias por la vergüenza ajena que se siente.

Una frase que Juan Diego Botto nunca tendría que volver a decir si no está en el club de la comedia:"Es un niño"