La ignorancia de la sangre

Después de ver la película es la palabra que describiría a lo acontecido.
Mezcla todos los clichés habidos y por haber en un trhiller, mezcla las últimas tendencias como el niño y la serie de "El príncipe", mezcla unas actuaciones y guión dignas de primero de interpretación en una escuela de cine... y el resultado es esta obra.
Vayamos por partes:
*La trama--> Desastrosa. Intenta abarcar mucho y es imposible de contarlo todo y bien. Podría decir que hay tres tramas principales. Se pierde mezclando unas y otras cuando en algún caso en 15 minutos se podía haber resuelto.
*El guión--> Predecible 99%. Frases que cuesta que sean creíbles y que entran con calzador. Ahí a los actores les podría dar un punto a favor porque puede ser difícil de defender semejante cosa. No obstante no se salvan por ello.
*Actores--> ¿Qué fue de la escucha?. Hagan la prueba, observen al personaje que no habla mientras habla su opuesto. En algunas escenas es como si se hubieran quedado en pause y esperaran su turno para escupir las frases que tienen en su mente pero no en su corazón.
Alberto San Juan. Se me ha caído un mito. Admiro que aprendiera un dialogo en árabe para la ocasión. pero en sus apariciones era como si estuviera hablando con una puerta. Inexpresivo.
Botto; Sin pena ni gloria..porque se supone que es el protagonista...que si no, ni te acordarías que sale en la película.
Vega; ¿Sobre actuar? Habría que hacer una nueva definición de esto. No sé como sigue en el mundo de la interpretación con la de gente buena que hay en el paro.
Cuca Escribano; Por resaltar a alguno de los secundarios me quedaría con ella. La única que defiende bien el guión, y aunque este no sea creíble lo hace bien.
*Realización--> Lo que la salva. Se nota que tiene una buena inversión. Lo único que me dejará la película será unos planos de la ciudad de Fez, que no la conocía.

PD: Sentí bochorno en partes de la película al ver como la gente se reía a carcajada limpia, cuando lo que ocurría en pantalla teóricamente era dramático.
A la salida del cine íbamos todos con una sonrisa comentando lo visto.
No entiendo como se hacen inversiones en semejantes bodrios y más si cabe producidos por una televisión pública. Esto seguramente es lo que más duela. Mención aparte es la de ver actores que viven de rentas (que desde luego no son artísticas) protagonizar estas películas.
Al principio le puse tres estrellas...pero lo reconsideré... ¿Floja?. No. Floja no. Floja sería si fuera amateur. Algo que se vende como profesional no puede ser así. Es mala.
No obstantes si quieres echarte unas risas la recomiendo.

Parece que con peliculas como "El Niño" o "La Isla mínima" el thriller español es un género que está al alza, y tal vez tratando de beber de ese rebufo aparece "La ignorancia de la sangre", cuyo trailer promete algo que podría ser interesante, mezclando corrupción policial, mafia rusa y yihad islámica. Pero lo que nos encontramos es con un aburrido totum revolutum sin orden ni concierto en el que la primera mitad de la película sobra (no nos engañemos, la segunda también) y que saca lo peor de los actores, ofreciendo posiblemente la peor interpretación de la carrera del generalmente acertado Alberto San Juan. Esta película haría las delicias de los más feroces detractores del cine español, ya que cuenta con muchos de los vicios que se le achacan, incluyendo la innecesaria y gratuita escena de cama, que metida con calzador, nos enseña las tetas de Paz Vega sin venir a cuento. Y hombre, siempre es de agradecer contemplar los encantos de la muchacha. Pero si ese va a ser el único aliciente de la película, se me ocurren alternativas mejores.

Puede que al ver el título de mi crítica, muchos hayan pensado en el título de un libro de Marcel Proust, obra maestra de la literatura universal, compuesta de siete partes, y que intenté leer de joven, con escaso exito ante la desidad de una prosa que me pudo desde las primeras líneas.

Pero no, no se trata de hablar de literatura, ya que es este caso me refiero a lo que estoy haciendo, buscar el tiempo que he perdido, concretamente 2 horas, viendo esta película. La cuestión es que no va a ser posible recuperarlo, y lo único que me puedo permitir al respecto, es pensar en la cantidad de cosas que podría haber hecho en lugar de ver esta película.

Por supuesto, podría haber visto otra, podría haber leído un libro, pero también me podría haber quedado recostado en mi cama mirando las grietas del techo, o detenerme frente al espejo de mi cuarto de baño para ver cuantos pelos me han salido en el entrecejo, o simplemente podría haberme dedicado a ver pasar coches desde mi ventana, y probablemente, todos y cada uno de estas acciones hubiera sido más provechosa que visionar esto.

¿Qué puedo decir de la película?, lo mejor es que fui a un preestreno, y no pagué, por tanto no sufrí perjuicio económico, lo segundo es que se esperaba la presencia del director y sus protagonistas, pero no acudieron, esto al principio me cabreó, pero al ver la peli lo entendí, ellos la habrán visto antes y ver dos veces este film podría causarles daños cerebrales irreparables, y lo tercero ...... no hay tercero. Esto es lo bueno que puedo hablar de la película.

Respecto al resto, la primera parte es plana, la segunda lamentable, y su epílogo patético. Los actores están ridículos, algunos diálogos supuestamente dramáticos provocan carcajadas, no me entero de nada de la trama, el concepto "tensión" ,en esto que es un thriller, no existe, y las reacciones de los personajes ante lo que ocurre es mal falsa que una moneda de 3€.

Tampoco me olvido del director, para mi admirable en las comedias que hizo en los 90, y que no puedo por mas que lamentar que haya perpetado esto.

En definitiva, Muy muy mala.

Película fallida y pretenciosa, para mi gusto, con un mal guión, una trama "de traca" donde se mezclan demasiados elementos y se resuelven de manera burda, actuaciones muy flojas. Química entre los protagonistas, cero. Sólo se salvan los escenarios, pero eso no es suficiente para hacer una película.

Catapultado en los noventa al panorama cinematográfico español de la mano de una, en su momento, intentona de puesta al día de la comedia española, mediante títulos como SALSA ROSA o TODOS LOS HOMBRES SOIS IGUALES, Manuel Gómez Pereira, sin embargo ha intentado varias veces flirtear con el thriller policiaco. Concretamente en dos: una, con la decepcionante ENTRE LAS PIERNAS, y, otra, con la algo más lograda EL ARBOL DEL AHORCADO. Con todo, el balance global de este desmarque genérico no ha sido en modo alguno digno de entusiasmo; más bien, debiere haberle hecho tomar conciencia de que el thriller no era terreno cinematográfico apropiado para sus maneras. Por desgracia, esto no ha ocurrido.

LA IGNORANCIA DE LA SANGRE es una calamidad impropia de un equipo artístico en el que se encuentran, además de él, una productora como Maestranza films (EL NIÑO, A PUERTA FRÍA, SOLAS), otra como Tornasol Films, con Gerardo Herrero a su frente y un equipo actoral en el que, además de las discutibles estrellas de turno (Juan Diego Botto y Paz Vega), nos encontramos a valores tan fiables y seguros como Alberto San Juan, Cuca Escribano o Francesc Garrido. Resulta imposible de creer que nadie de todos ellos ha reparado en la absoluta tomadura de pelo que supone el guión dispuesto para montar el tinglado. Es una lástima que, tras encadenar, films como EL NIÑO, LA ISLA MÍNIMA y MAGICAL GIRL, el cine español brinde este auténtico bochorno en el que se acumulan onerosos defectos emulativos, que uno creía ya pasados.

La película arranca con la muerte en el extrarradio de Sevilla de un esbirro de un importante grupo mafioso ruso tras sufrir un accidente de tráfico. El hallazgo de una importante cantidad de dinero en el maletero hace que el suceso caiga en manos de Javier Falcón, Jefe del Grupo de Homicidios de la capital hispalense. La investigación del caso se complicará al ser secuestrado el hijo de empresaria hostelera con la que Falcón mantiene una relación amorosa. Al mismo tiempo, éste deberá acudir a la cita con un amigo suyo, infiltrado en una familia marroquí, de la cual se teme que está intentando alentar un grupo terrorista islámico. El meollo narrativo del film girará en torno al seguimiento de esta acumulación de imperiosos acontecimientos.

Sólo la lectura del entramado argumental sobre el que Gómez Pereira intenta imponer, sin lograrlo nada más que en el primer cuarto del film, un mínimo de cordura, ya hace prever que el exceso de hilos narrativos bastante dispares entre sí va a pasar la temible factura de la dispersión, de la bifurcación de imposible atadura: mafia rusa, secuestro, terrorismo islámico y, además, matraca amorosa devienen con patética celeridad ingredientes de gran enjundia con mixtura chirriosa, problemática e imposible. LA IGNORANCIA DE LA SANGRE comete la tropelía de estar a la precisa altura del batacazo previsible.

Esa demasía de intenciones relatoras, sacude primero a la caracterización de los personajes: no existen más allá del pasmoso tópico que representan. Atender a tanto fleco, acartona el perfil de cada uno de ellos, porque no se tiene tiempo para detenerse en el más mínimo ahondamiento que los signifique con complejidad. Aquí no hay ni complejidad de cartón piedra. Las criaturas convocadas no exceden jamás su condición de peleles sin rumbo y fondo, al servicio de una parafernalia que no disimula jamás que trata ridícula, impotentemente de ser una especie de apropación sevillita del modelo del thriller norteamericano más asimilable y trillado. De todas formas, difícil tarea deviene exigir más a unos personajes a los que, sin desmayo, se bombardea con una urdimbre de peripecias que, conforme avanza la historia, van derrapando por el terreno de la barbarie grotesca, risible e insultable.

Para colmo de males, Gómez Pereira parece que ha aprendido a rodar secuencias de acción o viendo secuencias de EL EQUIPO A, o repasando las aventuras de Los Payasos de la Tele con Gaby, Fofó y Miliki, o en la academia de saltos al agua con flotador patito en la que Falete se apuntó para aprender a taparse la nariz. De dantesca cabe calificar la aglomeración de baraterío, desgana y chusquedad escenificada en secuencias como la que tiene lugar en la cementera o como la que visualiza el desenlace del conflicto principal en un palacete de Fez. Juan Diego Botto interpreta al poli de la misma forma que podría estar incorporando a un representante de productos de conserva o a una farola meada por un perro. Paz Vega le llora lo que puede a la micción general. El resultado en su globalidad es para lo opuesto orgánicamente a las aguas menores.