Esta es una película extraña porque no estamos tan acostumbrados a ver a los jóvenes así. Sin embargo, es de lamentar que estemos acostumbrados a verlos como una partida de desalmados que solo piensan en sexo y orgías y drogas y maldades. Aquí está el otro lado de la moneda: jóvenes completos, con dificultades, con insuficiencias, con defectos personales que los llevan a no ser realmente el prototipo que tantas comedias quieren exponer. Por ello hay que ver esta película. No es que sea el non plus ultra de los dramas juveniles, tampoco hasta allá; pero sí es una película que es una crítica en sí misma y que nos alienta a no perdernos la vista de todo el paisaje.