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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
9
Drama. Intriga En 1964, en una parroquia del Bronx, un apasionado y carismático sacerdote, el padre Flynn (Seymour Hoffman) intenta cambiar las rígidas normas del colegio, que durante años han sido celosamente salvaguardadas por la hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep), una estricta directora que cree firmemente en el poder de la disciplina. Soplan vientos de cambio político; prueba de ello es que el colegio ha aceptado al primer alumno negro, ... [+]
12 de marzo de 2009
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que sí, que sí hay personas así, como la que representa Meryl Streep en esta estupenda película. Siempre se invoca a “la condición humana” cuando se habla mal de alguien, o se habla al menos de un aspecto malo de alguien. Y ese aspecto, o esa forma de ser tienen siempre sus porqués. No existe la bondad en abstracto, ni la maldad. Existen comportamientos que son la consecuencia de cosas, de páginas anteriores, incluso de otras vidas, vividas antes que la nuestra.

Y existe la intolerancia, claro que existe. Pero no hace falta remontarse a Hitler, ni a Herodes. Busque a un intolerante en su oficina, amigo lector. Los hay a decenas, en mayor o menor medida. Pero busquemos en nosotros mismos la parte intolerante, que seguramente también la hay.

La película es un cruce de trenes. El tren de la comprensión que todo lo relativiza y el de la intolerancia que todo lo condena. Chocan y, esta vez, no sabría decir quién gana, porque me niego a pensar que la segunda gana siempre, aunque sea solo a través de daños colaterales. Lo que sí sé es que el duelo está protagonizado por dos actores que lo hacen de maravilla, que expresan con talento, contención y gran fuerza expresiva esas dos miradas con las que se puede ver y estar en el mundo.

Viéndola, pensaba que este año ha habido una excelente cosecha de duelos interpretativos: “Revolutionary Road”, “El lector” y ésta lo son. Películas que recuerdan las bondades de “La Huella”, “El príncipe y la corista”, “¿Qué fue de Baby Jane?”, y tantas otras en las que el peso descansaba en el trabajo de unos magníficos actores. Me parece que al cine le está pasando lo mejor que le podía pasar: que renuncie a los fuegos artificiales de los efectos especiales, de las carreras de coches, y se vuelva a basar en contar historias emocionantes y que nos interesan, de la mano de actores que saben hacer su oficio como, por ejemplo, la Streep y Philip Seymour Hoffman, ganador del Oscar por su interpretación del personaje de Truman Capote.

John Patrick Sinley… ¿Dónde ha estado este tipo todo este tiempo? ¿Porqué no ha hecho más películas? ¿Porqué es tan poco conocido, al menos en España? Está a punto de cumplir los sesenta y debe darse prisa para no privarnos durante más tiempo de su talento y de su sabiduría cinematográfica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paco Ortega
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