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España España · Asturias
Voto de Rulo:
3
Bélico. Acción. Drama Relato de las terribles experiencias y la angustia de un joven soldado alemán en el frente occidental durante la Primera Guerra Mundial.
20 de noviembre de 2022
82 de 132 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que no conozco el famoso libro de Erich Maria Remarque, tampoco la cinta de 1930 pero no lo considero necesario para hablar de esta versión, que además (creo) huye de la comparación.

No es del todo sencillo elaborar la crítica de una película como esta, que es extremadamente correcta y superficialmente sólida, sin respaldarla con datos y argumentos. Apelar "únicamente" al buen gusto y basarse en la experiencia y la intuición resulta un desafío, especialmente al considerar a los espectadores que se sienten cómodos en el "hábitat Netflix" (y similares).

Veamos... «Sin novedad en el frente» no tiene fallos siempre y cuando no te importe que el cine esté vacío. No esperes de ella un nuevo punto de vista sobre la guerra, no aporta nada estéticamente ni tampoco en lo conceptual. No hay planos o escenas diferentes a otras que ya hayamos visto antes (toma lo más eficaz de las más exitosas películas bélicas modernas, como si hubiera sido creada por una IA), pero la producción es muy buena. Tampoco busca ser especialmente realista en un sentido documental (no me parecen creíbles muchas de las situaciones como no me creo ese barro en la cara de los combatientes, y además no se explica el contexto de la Primera Guerra Mundial), pero se ve que hay dinero y está muy bien ambientada. No contiene reflexiones maduras (el loco general alemán es el villano de una película infantil) o emociones "reales" (¿por qué están ya erradicados los sentimientos medianamente complejos en la mayoría de producciones comerciales actuales?), ni falta que le hace; la película no va de eso porque no va de nada. En realidad ni siquiera podemos esperar de ella una historia (pensad, en definitiva, ¿qué nos cuenta?) o un personaje desarrollado, un protagonista (el supuesto protagonista lo es por ser quien abarca más minutos en pantalla, pero sabemos más sobre la vida de algún secundario). Y es que desconocemos las motivaciones, preocupaciones o contradicciones de todos. No hay fuertes nexos de unión entre los personajes ni tampoco entre ellos y el espectador.

Aunque el apartado técnico destaca como uno de los puntos más fuertes de la película, la banda sonora no logra convencerme. Sigue la tendencia actual, pero a estas alturas suena poco sofisticada y, en este caso particular, me parece algo forzada. En lugar de enriquecer la narrativa, parece acentuar la frialdad con la que se desarrolla la historia.

Seguramente dentro de una semana la haya olvidado.

¿Entonces? Es un gran producto del s.XXI. Ingeniería y diseño dispuestos para no entusiasmar (aunque vistas algunas críticas, me parece que lo ha conseguido sin quererlo y sin demasiado esfuerzo) pero tampoco molestar. ¡Muy eficiente en ese sentido! Cine bélico para empotrarte en el sofá cuando llegas a casa cansado del trabajo y no pensar ni sentir demasiado. Para que esto sea así imagino que el equipo de Netflix cuenta en todas sus áreas con grandes especialistas, personas muy inteligentes que se apoyan además en modernas herramientas digitales. Espero ya muy poco de su catálogo, me sobran los dedos de una mano para contar los productos de la plataforma que realmente me han podido aportar algo y en parte por eso me he animado a escribir lo que estás leyendo.

«Sin novedad en el frente» no podría existir si la historia del cine se hubiera escrito a partir de "películas producto", sin rastro de obras. Este arte (sí, el cine puede, incluso podemos debatir si debe, entretener, pero es mucho más que eso) siempre ha tenido que ingeniárselas para ser rentable y aún así nos ha ofrecido grandes obras de autor. En ocasiones, excelentes películas han fracasado en taquilla, convirtiéndose en títulos de culto (o no); mientras que otras pequeñas piezas de orfebrería, brillantes pero sin aspiraciones económicas, han llevado al estrellato y la riqueza a sus autores. Esta capacidad del cine es parte de su encanto, un medio de expresión hermoso que parece estar en crisis debido al predominio de big datas, inteligencias artificiales y redes sociales: instrumentos en manos de empresas de entretenimiento que alardean de sus supuestos logros mientras algunos buscamos cada vez más (pero no solo) entre los clásicos para poder soñar, reflexionar y emocionarnos.

El mercado actual es demasiado eficiente, sofisticado (y débil) como para permitirse el ensayo y error, el riesgo y el instinto, también para el artista, el artesano y el autor. Me parece que Scorsese o Sorrentino (entre otros) lo han comprobado por ellos mismos.

Y que conste que para nada pienso que todo esté perdido.
Rulo
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