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España España · malaga
Voto de alcaide:
7
Drama En la Coney Island de la década de los 50, el joven Mickey Rubin (Timberlake), un apuesto salvavidas del parque de atracciones que quiere ser escritor, cuenta la historia de Humpty (Jim Belushi), operador del carrusel del parque, y de su esposa Ginny (Winslet), una actriz con un carácter sumamente volátil que trabaja como camarera. Ginny y Humpty pasan por una crisis porque además él tiene un problema con el alcohol, y por si fuera poco ... [+]
22 de diciembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Navegando entre declaradas referencias a diferentes autores literarios, que transitan desde Chejov, a Tennesse Williams o Eugene O’Neill, el maestro Woody Allen, a sus 82 años, ha presentado Wonder Wheel, su último trabajo, un nuevo regreso, en esto caso bastante más nítido, al Coney Island de su infancia, que le supone alcanzar casi, y siendo fiel al compromiso de estrenar un título por año, la mágica cifra de cincuenta películas en su haber como realizador.

Como escenario predominante, y ambientado a mediados del Siglo Pasado, ese Parque de Atracciones cercano al Barrio de Brooklyn, reconstruido ya en obra tan emblemáticas de su filmografía como Annie Hall, o Dias de Radio, que supone un más que evidente paseo nostálgico, por algunos de los lugares comunes de la infancia del director, al que se une el barrio neoyorkino de Greenwich Village, lugar de predominante inquietud para la comunidad artística.

Espoleado por sus recuerdos, Allen construye un solido melodrama, que alude, en su parte emocional, a ese ideal inalcanzable que acaba convertido en sueños rotos, la vida desperdiciada por una serie de malas decisiones, factores que elevan el tono culto, nunca adoctrinador, de un cineasta poseedor de una narrativa envidiable, bien cimentada por unos diálogos magistrales, verdadera piedra angular de todo guión que se precie.

Adscritos a la causa, el realizador cuenta con un póker de ases adecuado, en el que destaca el esfuerzo de los más jóvenes, unos convincentes Juno Temple y Justin Timberlake, que además hace las veces de narrador. En el plano maduro, un recuperado James Belushi da la réplica a la verdadera reina de la función, una portentosa Kate Winslet, que nos recuerda ese talento insuperable de Woody Allen para los perfiles dramáticos femeninos, en otro ejemplo de complicidad, donde el concepto interpretación, adquiere su mejor sentido.

En los apartados técnicos, resulta imposible obviar el trabajo del maestro Vittorio Storaro, que vuelve a demostrar su superioridad en la fotografía, recurriendo a una paleta de colores en la que destacan los tonos cálidos y suaves, propios del periodo estival en el que se sitúa la obra.

Finalmente, e ignorando absurdas polémicas de plena actualidad, la notoria rueda de la fortuna de Allen gira, alternando momentos de grandeza con otros más vacíos, de una teatralidad manifiesta, que en ningún caso, anulan los hallazgos de una obra notable, que sabe activar, con una habitual y contrastada habilidad, los resortes del entusiasmo cinéfilo, algo que casi nunca resulta ajeno, cuando se trata de analizar la obra de uno de los pocos autores responsables de situar un mínimo rastro de inteligencia, en el casi siempre convencional y anodino universo fílmico.



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alcaide
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