Haz click aquí para copiar la URL
España España · malaga
Voto de alcaide:
9
Comedia. Intriga California, año 1970. A Doc Sportello, un peculiar detective privado de Los Ángeles, le pide ayuda su exmujer, una seductora "femme fatale" debido a la desaparición de su amante, un magnate inmobiliario que pretendía devolverle a la sociedad todo lo que había expoliado. Sportello se ve envuelto así en una una oscura trama, propia del cine negro. Adaptación de la novela homónima de Thomas Pynchon publicada en 2009. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2015
10 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo comenzó en un pozo negro de petróleo, no era evidentemente la primera obra maestra de Paul Thomas Anderson, pero sí el inicio de una línea de trabajo que podríamos decir, se ha culminado con este cierre no escrito de su propia trilogía sobre la codicia y la decadencia en la sociedad contemporánea.

No es simplemente una cuestión de fondo argumental, "Pozos de Ambición" (2007) tuvo a bien marcar un punto de partida estético realmente apabullante, que escribía su propio código, y que sin menospreciar para nada su obra anterior, se manifestaba con un estilo muy adelantado a su tiempo. Un film por el que el realizador californiano fue definitivamente, y de manera muy justa, equiparado a pioneros en grandeza de la talla de Orson Welles o Stanley Kubrick.

Tras encriptar su discurso aún más en la magnífica "The Master" (2011), no parece tan descabellado que este último paso, consistente en adaptar a ese novelista imposible llamado Thomas Pynchon, - un bicho raro que en "Los Simpsons" suele aparecer con una bolsa de papel en la cabeza - atienda a un mero exceso creativo por parte de Anderson.

Resulta por tanto esperado, que este viaje de ácido y marihuana por la soleada California de la época hippie, contenga un más que complejo aliento narrativo, la fusión entre personalidades tan divergentes solo puede traducirse en un alucinado film de género negro, que no me cabe duda, sería capaz de avergonzar al mismísimo Raymond Chandler.

Pero la noticia aquí, es que P.T. Anderson sigue en plena forma, su cine siempre invade otros espacios de genialidad, en este caso, la esencia de "El Gran Lebowski" (1998), obra maestra de Los Hermanos Coen, planea sobre su metraje, lo que en ningún caso resta un ápice al talento del realizador, que siempre ofrece un ejercicio de estilo propio, genuino, y ante todo, plenamente convincente.

Precisamente, una de las virtudes del film, es contar con su propio "Nota", en la figura de Doc Sportello, interpretado desde un perpetuo estado de gracia por Joaquin Phoenix, de nuevo al servicio del director. Puntal maestro de un reparto, que también nos regala la presencia de la magnética y sensual Femme Fatale a la que da vida Katherine Waterston, todo un descubrimiento. Completan actores de la talla de Josh Brolin o Benicio del Toro, siempre preferibles para el plano secundario.

El pulso firme de Robert Elswit en la fotografía, y la música de Johnny Greenwood, en esta ocasión menos experimental, pero igualmente vibrante, destacan en lo que siempre es un trabajo técnico de un virtuosismo intachable, provisto de unos acabados en la producción de máxima calidad.

Finalmente, la idea es que "Puro Vicio" acabe por consumar esa evolución generacional, producida desde principios del siglo pasado hasta finales de la década de los 60, presentando el impecable modelo del "American Way of Life" como un apestoso y elaborado engaño, lo que por otro lado, supone la confirmación de un plan de coherencia formal dentro de la filmografía de tan incomparable autor.
alcaide
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow