Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Benze:
8
Serie de TV. Aventuras. Drama. Fantástico. Acción. Intriga Serie de TV (2011-2019). 8 temporadas. 73 episodios. La historia se desarrolla en un mundo ficticio de carácter medieval donde hay Siete Reinos. Hay tres líneas argumentales principales: la crónica de la guerra civil dinástica por el control de Poniente entre varias familias nobles que aspiran al Trono de Hierro; la creciente amenaza de "los otros", seres desconocidos que viven al otro lado de un inmenso muro de hielo que protege el ... [+]
5 de junio de 2019
37 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
A las últimas temporadas de GOT les ha pasado como al final de otras sagas: han dividido a los seguidores. Aun así, parece haber consenso sobre que la serie había bajado de calidad. Pero es necesario colocar todo lo que sabemos en un contexto para entender en qué ha fallado la serie estas últimas temporadas. No se trata de enfadarse como los de la petición de change.org, sino de criticar y valorar.

Las primeras temporadas contaron no solo con los libros de base, sino con la implicación George RR Martin en el guión y en la producción. Al principio era evidente que los creadores no sabían muy bien cómo iba a funcionar y el show no contó con un gran presupuesto, descartando la espectacularidad gráfica y centrándose en contar una buena historia.

Acertaron de lleno, con un guión que apenas mostraba fisuras y con el cual cada personaje, cada conversación, cada plano y cada composición cumplía su función. Nada sobraba. Todo ello, unido a una trama política compleja y realista que se inspira en la historia medieval británica y en la guerra de las dos rosas, que enfrentó a dos casas.

Si no era suficiente con el respeto a la obra original y con un gran guión, también había giros inesperados. Pero bien construidos y cimentados, que hacían pensar que ningún bando estaba a salvo. Fue también lo que terminó de encandilar a crítica y público, no solamente la posibilidad de empatizar con los personajes y sentirse representado por sus experiencias y su evolución.

La paradoja es que esto también es lo que ha estropeado la serie, pues ha acabado siendo un recurso imprescindible y más importante que el sentido de los hechos que se narraban. Conseguir la sorpresa del espectador ha acabado rebasando como prioridad a la verosimilitud del relato. Se ha interpretado mal lo que funcionó en un inicio.

De las conspiraciones en los pasillos pasamos a las conversaciones multitudinarias. De los diálogos inteligentes a las conversaciones refritas. De la astucia de algunos personajes a la ingenuidad de los mismos. De los matices al blanco y el negro. De las sorpresas bien construidas a las sorpresas por conveniencia del guión. De las batallas humildes y certeras también pasamos a la espectacularidad y los efectos especiales. De la trama política adulta a las soluciones rápidas y fáciles. De las traiciones fuera de cámara a las traiciones escupidas a la cara. De dejar que hable la imagen a encomendar ese papel a conversaciones superfluas y sin sustancia.

Hubo escenas que no habíamos leído en los libros. Otras, viceversa. Incluso hubo modificaciones en las decisiones y los actos de ciertos personajes. Pero la serie marchaba bien, quizá porque estaba Martin en el proyecto o porque los showrunners sí adaptaron bien al principio. Lo cierto es que la serie entendía a sus personajes y respetaba la esencia de la obra original.

Ya en el final de la temporada 4 hubo errores de guión, tal vez por el distanciamiento de Martin de la ficción televisiva. Entonces Benioff y Weiss se quedaron solos ante el peligro. Pero fue solo un preludio de lo que vendría. Cuando tocaba adaptar el cuarto y el quinto libro para la temporada 5, los showrunners decidieron desechar muchas tramas y personajes de la obra original para encaminar la historia a su final.

Dorne, las Islas del Hierro, Mance Rayder, Barristan Selmy, los Tyrrel, Lady Corazón de Piedra (Catelyn Stark), el Pez Negro, la Hermandad sin Estandartes, el destino de Brienne, el viaje de Tyrion, el valonqar, la teoría de las 3 cabezas del dragón, el príncipe prometido… Todo desechado o radicalmente cambiado. La decadencia se había instalado con dos temporadas irregulares que aún mantenían la serie con cierta dignidad y reminiscencias de lo que fue. Pero aún quedaba lo peor.

Todo se agravó a partir de la temporada 7. Si ya en la sexta la trama avanzó atropellada, con suma rapidez, tal situación se acrecentó en los 13 capítulos finales. Ciertos personajes y tramas les sobraban para desarrollar el final que se habían marcado. Por ello vimos cómo borraban del mapa familias enteras, separándose del quinto libro de forma definitiva.

Resulta obvio que la conclusión merecía de más desarrollo y, por ende, de más capítulos. ‘Juego de Tronos’ ha pagado el precio de querer terminar rápido su historia. Una trama que ha tenido dos ritmos: uno calmado, en el que las tramas maduraban poco a poco; y otro precipitado, lastrado por el cansancio de los showrunners en el proyecto.

Llegados a este punto, cabe preguntarse si todo lo que nos contaron durante 8 temporadas ha sido para nada. ¿Ha merecido la pena realmente la serie? ¿Cómo es posible que hayan quedado tantas incógnitas tras el final? ¿Cuántas tramas hay en las últimas dos temporadas que no se adhieren a la verosimilitud? Donde había un cómo y un porqué nítidos acabó imperando lo inexplicable y la regla del “todo vale”. Claro, es que “es fantasía, ¿qué te esperabas?"

Menos mal que la serie ha vuelto a contar en esta última temporada con buenos directores como Miguel Sapochnik o David Nutter. Menos mal que Ramin Djawadi ha continuado componiendo una Banda Sonora extraordinaria. Menos mal que HBO ha invertido más que nunca en efectos especiales, sonoros y visuales. Menos mal que Lena Headey ha vuelto a interpretar fantásticamente a Cersei Lannister.

Menos mal, también, que actores tan inexpresivos como Kit Harington o Emilia Clarke han interpretado como nunca. Menos mal que la fotografía ha sido impecable. Menos mal que la decoración y el maquillaje han sido nuevamente fabulosos. Porque si no, nada tendríamos de esta temporada de calidad. Tampoco en las dos anteriores.

Los encargados de todos esos departamentos y de otros muchos pequeños detalles no tienen culpa de un guión desastroso. Únicamente a Benioff y Weiss les corresponde la culpa del mismo por su cansancio y sus ganas de terminar rápido y mal una obra que había logrado un gran reconocimiento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Benze
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow