Lincoln falla, y falla en una cosa: Es un chicle. Es un chicle donde el sabor a fresa dura unos 20-25 minutos y después tienes hora y media de malgusto dónde te dan ganas de escupir el chicle cada dos por tres. Y que me aburra viendo una peli no lo admito. A mi modo de ver Spielberg se equivoca al intentar hacer una película de dos horas y media acerca de un tema que aunque es interesante sólo da para 25 minutos 30 si me apuras. Si "Lincoln" hubiese sido más extensa en cuanto a contenido y con más sucesos sobre la vida política del presidente la mayoría de gente no se hubiera aburrido tanto. Pero no, el señor Steven quería sacar agua de dónde no había. Escribo ésta crítica sin aún haber leído ninguna y me imagino que en la inmensa mayoría la palabra aburrimiento será la más común. A falta de ver "Amor" de los oscar de 2012, nivel muy bajo éste año, uno de los peores desde el 2000, la que sale mejor parada es Django a mi modesto modo de ver. Veremos que tal la del señor Haneke.
Nota: 4.5