Tras su exitosa etapa dirigiendo terror Fulci fue tocando palos dentro del cine explotativo y, claro, la fantasía de espada y brujería al estilo de "Conan" o "El señor de las bestias" no podía faltar, pero el irregular genio romano no pudo o no quiso hacer una película "normal", y así vemos desfilar a cavernícolas esclavizados, hombres lobo drogadictos, y topos mutantes, por ejemplo, entre escenas de descuartizamientos y desmembraciones demasiado explícitas para una película así, peleas que recuerdan a Bud Spencer y Terence Hill y música techno salchichera. Para colmo la mala de la película es una bruja enmascarada que va en pelotas todo el rato y que parece excitarse imaginando su propia muerte. Vamos, que es absolutamente surrealista. Muy divertida para verla con unos colegas y unas cervezas. Para tomársela en serio, pues no tanto, la verdad...