La historias de parar a un terrorista en un tren no da para mucho más de 10 minutos, hay otras películas que rellenan dos horas solo con una parte así, llena de golpes y explosiones, esa parte de cine que también es valida. Pero lo que hace Clint es un ejercicio de realidad sublime y literal.

Plantea a todos los personajes, muestra sus relaciones desde el principio, y no te engaña, te dice que te lo va a contar y te lo cuenta. La verdad de los momentos de viaje, el eurotrip de cualquier joven a modo documental, está perfectamente conseguido.

Todos esos pequeños detalles de una larga biografía de los personajes, reflejados en multitud de escenas que llevan al desenlace final. A como toda acción tiene su consecuencia y sobre todo, como toda acción deja un poso en las personas, que en algún momento salen a relucir.

Toda esa crítica que sabe llevar con los momentos de escuela, de armas, de "yanke-centrismo", para simplemente determinar que una preparación te lleva a sobrellevar unas consecuencias, seas de donde seas y estés donde estés.