Tiene su aquél y menos defectos de los que suelen esgrimir quienes cogen carrerilla a partir de los anacronismos, pero el desmesurado número de dichas incongruencias no es de recibo en un producto de la televisión pública, que segun mi parecer debería cuidar mucho estos detalles dado su supuesto carácter divulgativo; por este motivo le bajo tanto la nota.

Respecto al resto, me he cansado de ver semana tras semana casi lo mismo, aunque el trasfondo progrese y se busque algún tema-excusa anecdótico diferente para cada capítulo, la realidad es que todas las escenas se costruyen sobre escasos prototipos a los que se da una pequeña pincelada para que no resulten clónicas y los guionistas exigen demasiada candidez en el telespectador para que haga la vista gorda ante sinsentidos titánicos como, por ejemplo, que sean desconocidos o se oculten facilmente los habitantes de un pueblo por no llamarlo aldea.

Y, por cierto, ya que se ha hablado tanto del lenguaje anacrónico, yo me quedo con otro detalle: ¿por qué en un pueblo pequeño de Castilla (la vieja), se reparten a partes iguales dialectos andaluces, extremeños, murcianos y manchegos entre el vulgo? Estoy hasta las narices de que los utilicen injustificadamente para los personajes palurdos y encima como oposición al castellano estándar de telediario, que no el castellano que le hablan en Balladoliz, ni el que si yo hablaría en Burgos ni el de pahí pa Salamanca, que en realidad es lo que ellos imaginan.