Aun a riesgo de ser tachada de ultrasensible, gafapastas y demás piropos propios de la peña filmafinitera, yo tengo que decir que a mí esta película me ha gustado. Reconozco todo lo que se ha dicho, que es hiperlenta, que no es apta para cardíacos, que la carapalo de los personajes abruma, que en realidad en la película no pasa nada, que el ambiente es cutre a más no poder, etc. Todo eso lo reconozco.

Y sin embargo a mí me parece una buena película precisamente porque esa lentitud, esa cutrez, esa inexpresividad son el fundamento de lo que te están contando. Una película que habla de la soledad elevada a la enésima potencia, de la incomunicación, de la rutina extrema, de la mezquindad en los sentimientos con tal contundencia no puede ser de otra manera. Todos esos rasgos son los que determinan que sientas que lo que ves es auténtico y real.

No es una película recomendable para todos los públicos, ni mucho menos. Sólo es recomendable para quien no le importe perder dos horas de su tiempo en un momento dado viendo pasar las musarañas, siempre y cuando las musarañas le digan algo.