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España España · Córdoba
Voto de Talía666:
3
Drama Cochabamba, Bolivia. Año 2000. Sebastián (Gael García Bernal) y Costa (Luis Tosar) se han propuesto hacer una película sobre Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Mientras que Sebastián, el director, pretende desmitificar al personaje presentándolo como un hombre ambicioso y sin escrúpulos; a Costa, el productor, sólo le importa ajustar la película al modesto presupuesto del que disponen; precisamente por eso elige Bolivia, ... [+]
6 de octubre de 2011
37 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué bien se pasa en los rodajes! Tengo una amiga que trabajó un tiempo en una productora y le encantó. No me extraña, japuta. Qué jolgorios, qué jartás de whisky, qué cenitas superinteresantes con discusiones de historia incluídas, qué viajecitos más chulos! Además qué cantidad de tíos buenísimos. Que sí, que se sufre un poquillo porque uno se implica en los problemas de la gente y tal, pero... y lo enriquecedor que es? De qué y de cuándo iba uno a preocuparse del problema del agua en un pueblito boliviano si no se hubiera confraternizado con sus habitantes a través del cine?

Entonces cuál es el problema? Pues el problema es que no me creo nada. Para empezar no me creo que un productor decida rodar una peli en un lugar en el que la conflictividad social es el pan de cada día, poniendo en peligro a todo el equipo y al proyecto mismo. En la película esto se solventa haciendo ver que el problema casi que surge cuando ya están allí, vamos, que les pilla de sorpresa. Pero la realidad es que un conflicto tan fuerte no aparece así de la noche a la mañana en ninguna parte y que la principal obligación de un productor es evitar ese tipo de cosas. O sea, que el productor de la historia ésta es un matao como la copa un pino. Le hubiera bastado con pasarse por el sitio en cuestión unos diítas antes del rodaje para darse cuenta de que no era el lugar más apropiado. Y también se hubiera ahorrado el patético final en el que se ven envueltos, que más parece una peli de reporteros de guerra que del rodaje de una película.

Y luego está la visión maniquea del asunto. Los indios son superbuenos, superincorruptibles y superhonrados, y los colonizadores (o sea, el equipo) son una panda de aprovechados y abusadores que están encantados con pagar 2 euros por extra. Eso sí, cuando empiezan a implicarse con los indígenas se volverán buenas personas e incluso participarán activamente en la lucha por la causa. Y la película que se vaya al cuerno. De repente se dan cuenta de que allí han ido a luchar, que es lo importante, y el proyecto... pues mira, si sale, bien, y si no sale, pos oye, tampoco pasa nada. Más se perdió en Cuba. No sé, soy yo la única que ve todo esto un poquillo raro?
Talía666
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