Volvemos a lo de siempre. El acierto del filme reside en escapar de los elementos clásicos de esta clase de películas. Trevor Reznik tiene una vida bastante triste, un aspecto demacrado y es una persona vacía. Pero a diferencia de la mayoría, no parece importarle.

Y es que la película juega con las interacciones de Trevor con diversos personajes (la camarera, la prostituta, el compañero de trabajo) para hacer una película que si bien es cierto cuenta con un par de errores y hacia el final puede caer en barrena SE HACE ENTRETENIDÍSIMA.

Scott Kosar acierta de lleno con el guión. Las actitudes de los protagonistas son comprensibles y consigue cierta tensión en momentos como la visita de Bale a Ironside.

El malestar y la depresión están perfectamente plasmados tanto en las acciones de los personajes como en el aspecto lúgubre y gris que cubre la película.

Y qué decir de Bale que no se haya dicho ya. Esfuerzos físicos aparte, el tipo es una máquina. Aquí vuelve a clavar otro personaje icónico.

Jennifer Jason Leigh también está de notable alto.

Merece la pena verla.