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España España · Madrid
Voto de Moody:
2
Drama La historia tiene lugar en el entorno surrealista de una ciudad que se desvanece. Cuando un adolescente descubre un camino secreto hacia una ciudad subacuática, su madre se ve arrastrada a un macabro submundo de fantasía. (FILMAFFINITY)
27 de julio de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
A muchos actores les pica el gusanillo de ponerse detrás de las cámaras para experimentar nuevas sensaciones, o para conocer lo que se siente al llevar la película hacia donde uno quiere. A veces estas experiencias nos ofrecen productos interesantes, pero por norma general los actores suelen tener vicios ocultos que se rebelan contra su mente produciendo películas que vagan en la absoluta indefinición.

Y por definición, esa indefinición se debe a la multitud de fuentes de las que quiere beber. Fuentes diversas que llevan al actor de turno a intentar mostrar todas las ideas que ha ido aprendiendo y que muchas veces no tienen nada que ver unas con otras. Gosling, que parece estar por encima del bien y del mal por el atrevimiento de su propuesta, desea hacer ver al mundo que ha aprendido de los mejores, no sin intentar dejar su sello en una ininteligible película que peca de vanidosa y pretenciosa. La dificultad para construir un diálogo con sentido lleva a “Lost river” a convertirse en un baturrillo de ideas en el fondo vacías, aunque con una puesta en escena digna de mención.

Parece complicado que siendo Gosling un actor mayormente dramático, siempre con un peso infinito a sus espaldas (“Solo Dios perdona, “Drive”, “Half Nelson”…) no tenga un mayor interés por dotar a su historia de alma, de profundidad. Una de los problemas con lso que se encuentra “Lost river” es la necesidad que tiene de que sus personajes se sientan comprendidos por el público, algo que no ocurre nunca. Las motivaciones de sus protagonistas se difuminan entre tanta pomposidad, entre los recovecos de la obsesión de esconder en un halo de misterio cada hilo del guión.

Quizas la película buscaba un tipo de crítica concreta, esa que se deja llevar por la apariencia hipnótica de un producto que en el que, como los buenos trucos de magia, nada es lo que parece, pero que mientras te distrae con fuegos de artificio, se queda sin argumentos a las primeras de cambio. La crítica especializada no avaló la propuesta (también es verdad que hay muchos críticos deseando ver sufrir a una estrella) y todo el plan trazado por Ryan se vino abajo porque, siendo sinceros, un buen puñado de buenas críticas hubiera acercado a la gente al cine. Sin embargo parece que su primera incursión como director ha pinchado en hueso.
Moody
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