"Yo soy mejor que un perro" reclama la protagonista en una de las escenas finales. Porque así ha sido tratada durante toda su vida: como menos que un animal. Aquejada de una artritis invalidante aguda, la pintora canadiense Maude Lewis tuvo una trayectoria vital terrible y en esta película se retrata parte de su biografía.

Maudie reunía los 3 componentes letales, mujer, discapacitada y haber nacido a principios del siglo pasado (1903). Abandonada y despreciada por su familia, encuentra refugio en la cabaña de un soberano bruto hijo de puta que no solamente la maltrata, sino que la explota. Su talento pictórico, autodidacta y de estilo naif, la convierte en una mujer conocida y más sometida que al principio.

Este es un drama o, mejor dicho, un melodrama terrible. Una soberbia interpretación de Sally Hawkins secundada por un excelente Ethan Hawke, te llevan al quinto infierno del sufrimiento. Magnífica ambientación y recreación de época, portentosa fotografía al servicio de una película que te romperá el corazón. Tal vez la música no sea la adecuada para todo lo terrible que se narra y pretende rebajar, infructuosamente, hasta la comedia amable especialmente en el primer tercio del metraje un tema que nada tiene de gracioso. Por esta razón mi puntaje no sobrepasa el que le adjudiqué, de otra manera con un estilo de dirección más firme y definido esta podría haber sido una película notable.

Yo quedé literalmente hecho pelota, pero igualmente la recomiendo con el corazón. Al amigo que me la recomendó no sé si agradecerle por permitirme ver esta gran película que pasó sin pena ni gloria por Montevideo o putearto por ser responsable de mi desazón; dicho todo esto con el debido respeto