Una verdadera clase magistral de cine puro y sin concesiones. Reconozco que Tarantino separa las aguas en 2 bandos como también lo hace Woody Allen, con la diferencia que mientras éste es un onanista don Quentin es un artista con mayúsculas.

Entonces ¿qué decir sobre la más grande obra de un realizador que es tan apreciado como odiado? Imposible la objetividad, por lo menos para mí que lo admiro profundamente. Es un filme desmesurado como toda su obra anterior, con una violencia explícita al borde del gore pero con un sentido de la narración cinematográfica único. Los temas habituales en Tarantino como el racismo, la camaradería, el machismo, la mentira, la traición, la conjura y el complot al servicio de extraordinarias interpretaciones de todo un elenco de lujo, pero con destaque especial en Samuel L. Jackson, Kurt Russell y muy especialmente en Jason Leigh.

Mención aparte y muy especial para Ennio Morricone cuya música original es, por justicia, perfecta y ajustada simbióticamente a la trama.

Según mi criterio una obra maestra. Si te gusta Tarantino disfrutarás esta película, si por el contrario lo detestas ni te molestes en pagar la entrada porque lo único que encontrarás serán argumentos para preguntarte "¿qué demonios le vieron a esta película?"