Tenía alguna esperanza sobre esta película. Quizás pensé que el director de Drive habría hecho una película digamos 'difícil' y por ello la crítica no había sido todo lo condescendiente que podría haber sido con un director prometedor. Pues me equivoqué de lleno. Los críticos, preferencias y gustos aparte, saben de cine y por eso han despellejado esta especie de engendro con pretensiones de tampoco se muy bien que.
Pretende criticar el mundo de la moda, las modelos artificiales, la belleza de catálogo frente a la pureza de los 16 años, o algo así. Envuelto todo ello en una trama con pretensiones de thriller, con toques gore, necrofilia, canibalismo, todo ello muy artístico, eso si, muy chic, muy coctelera de diseño. Y bueno con todo y con eso el resultado es más o menos lo que podría esperarse: un pastiche que te deja con la sensación de que las dos horitas de película las podía haber dedicado a ver otras y que difícilmente me habrían decepcionado tanto como esta.