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Voto de Quatermain80:
7
Cine negro. Drama Dos inspectores de policía que investigan un robo con asesinato descubren al autor del delito, que muere durante la persecución. Uno de los agentes se apodera de parte del dinero robado... (FILMAFFINITY)
29 de diciembre de 2013
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pequeña película de serie B, producida por la independiente The Filmakers, perteneciente a los coautores del guión, Collier Young, y la que fuera su esposa -y protagonista de esta cinta-, Ida Lupino. Esta pequeña productora (tuvo otros nombres, como Emerald o Bridget, nombre este último en honor a la hija de Lupino, que también aparece brevemente en esta película) respondía a la pretensión de Lupino de trascender su posición de actriz, permitiéndola intervenir directamente en los guiones e incluso en la dirección, aspectos en los que fue pionera en el cine estadounidense.

Sin embargo, en este caso ambos productores optaron por encargar la dirección a Don Siegel, quien ya había destacado como joven realizador en películas de serie B de género negro o similar (este mismo año rodaría una interesante muestra de cine carcelario; "Motín en el pabellón 11"). Aunque pudo meter poca baza en el argumento de la película, Siegel escogió a parte del equipo, en el que destacan el director de fotografía, Burnett Guffey, todo un clásico, quien para entonces ya había demostrado su valía (en películas como "El Político", "En un lugar solitario", "The Sniper", "De aquí a la eternidad" o "Deseos Humanos", por citar algunas), y un joven poco conocido, David Peckinpah, quien le asistió en la dirección de diálogos, y que con los años y otro nombre de pila se convertiría en célebre realizador.

El argumento básico de la historia persigue contraponer las distintas actitudes de dos detectives de la policía de Los Ángeles ante la posibilidad de enriquecerse con el dinero de un botín robado. De ahí que se enfaticen tanto las diferencias entre los dos detectives, a la postre compañeros y amigos; Farnham está casado y es padre reciente de una niña. Por el contrario, Bruner, soltero y sin compromiso, acabará prendado de los encantos de Lilli Marlowe, una cantante de night-club, y obsesionado con conquistarla, sucumbirá a la tentación que supone el dinero fácil. Así, Bruner encarna al clásico personaje fatalmente corrompido por amor, si bien en este caso la mujer "corruptora" no lo es intencionadamente, por lo que la carga de la culpa recae enteramente en el detective; Lupino daba así al personaje de Lilli una dimensión diferente a la de la clásica mujer fatal, optando por encarnar a una mujer conocedora de la vida y de los hombres, de apariencia escéptica, pero dispuesta al amor y no solo al interés.

Rodada con la eficacia que caracterizaría siempre a Siegel, deben destacarse secuencias como la de apertura, que en escasos minutos y sin recurrir a diálogos vincula un crimen cometido en Nueva York con una pista surgida de manera fortuita al otro lado del país, en Los Ángeles, y que sirve además para presentar a los dos detectives. Muy notable resulta también todo el fragmento ambientado en el hipódromo, con una magnífica puesta en escena enriquecida por ciertos toques documentales, y que precede a la secuencia más brillante, en la que una persecución en automóvil da paso al momento clave, en el que una ligera y oportuna brisa lleva la corrupción a los pies de Bruner.

Las interpretaciones son estimables en el caso de Steve Cochran, que encarna notablemente a Bruner, y también en secundarios de probada valía, como Dean Jagger (siempre recuerdo su fantástica actuación en "Perseguido", de Raoul Walsh) o Dorothy Malone. Más soso y envarado resulta Howard Duff, quizá porque le toca interpretar al policía honrado y con remordimientos; por cierto que este actor se casaría con... ¡Ida Lupino!, demostrándose así que esta mujer lo tenía todo pensado en esta película. En cuanto a su labor, nada que añadir salvo que la lleva adelante con los ojos cerrados, en un papel que se le ajusta como un guante, no difiriendo demasiado de los que ya había interpretado en películas como "Road House", de Negulesco, en la que también es cantante en un night-club.

Aunque previsible en su desarrollo y en la concepción dual de los dos detectives, es esta una de esas pequeñas películas que, como diría uno de los más célebres personajes de Siegel, consiguen alegrarte el día.
Quatermain80
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