El señor de los anillos: La comunidad del anillo de Peter Jackson, es una cinta de cine épico, fantástica, de acción y aventuras. Dirigida con un ritmo que mezcla lo pausado y lo trepidante, es audaz y valiente a la hora de realizar una obra de esta envergadura con gran número de incondicionales, y la produce a su modo personal y propio, definiéndola de forma intachable, grandiosa y extraordinaria, marcando una fuerte base para una zaga increíble.
La fotografía, es insuperable, vistosa y colorista, resaltando la naturaleza y mezclando con acierto lo oscuro y lúgubre, con lo luminoso y claro, según lo representado en la acción en ese momento, por lo que es cautivadora y fantástica. Y la música, usa sonidos intensos y penetrantes, hermosos y melódicos que estimulan e hipnotizan al espectador por su profundidad, el cual siente inquietud en los momentos de la acción que son amenazadores.
Las actuaciones, son creíbles, acertadas y convincentes. Destacando las notables representaciones de Elijah Wood, Ian McKellen, Viggo Mortensen, Sean Astin, Sean Bean, Liv Tyler, Cate Blanchett, Orlando Bloom, Hugo Weaving, Christopher Lee y John Rhys-Davies. Empleando una narrativa al principio con voz en off afable y explicativa de todo lo ocurrido hasta el momento, con toques intensos y profundos, además de oscuros e intrigantes a lo largo del film, dando enigma y misterio a una trama sin desperdicio.
El guion, adaptado por el mismo director junto con Frances Walsh y Philippa Boyens de la novela de J.R.R. Tolkien, es apasionante y absorbente, penetrante y emocionante, aunque eso sí, el final te deja con la miel en los labios, por tener que ver las continuaciones. Argumentando de modo belicoso, intrigante y maravilloso. Y destacando también, los planos y movimientos de cámara, bien elaborados en detalles para distinguir y comparar las alturas de los distintos personajes, en un excelente y perspicaz trabajo técnico.
Cabe destacar también para finalizar, unos vestuarios y caracterizaciones fascinantes y alusivos a la historia, estéticamente trabajados en detalles en todos y cada uno de los distintos personajes según Tolkien. Y unos efectos visuales y de sonidos, asombrosos y espectaculares en las batallas, totalmente arrolladores y llamativos, exaltando la violencia pero sin llegar a ser desagradable o no recomendable para los más sensibles.
Por lo que, sin lugar a dudas, la considero una obra imperecedera y única en la historia del séptimo arte, formando una gran base para una trilogía inolvidable y esencial. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones y caracterizaciones, narrativa, planos y movimientos, música y fotografía, que gustan por su perfeccionismo y eficaz mezcla de realidad y trabajo de ordenador, que calan y dejan marcados, no solo a los seguidores de la zaga y cinéfilos, sino también a todos los públicos en general.