Cada vez que sale una película que toca el tema de las desigualdades raciales, me hago a la idea de que voy a ver más de lo mismo. Sin embargo, "Criadas y Señoras" consiguió sorprenderme para bien. Hacía tiempo que una película no me gustaba ni emocionaba tanto como esta.

Años 60. En la colorida ciudad de Jackson, en el estado de Mississipi, el racismo impera entre los pertenecientes a la acomodada y superficial clase alta, formada íntegramente por gente de raza blanca. Es imposible no sentir compasión por las criadas negras de esas "señoras" con demasiadas ínfulas; las criadas, obligadas a soportar insultos y humillaciones a diario, aguantando lo inaguantable. Su silencio hace que nos duela en el alma. Ese silencio sumiso y terrible, indignante para el que tiene un mínimo de conciencia.

Una chica con el deseo de ser escritora es la que decide romper ese mutismo. Skeeter, una joven de buena familia que ha ido a la universidad y tiene la mente bastante abierta, toma como inspiración a la mujer negra que la crió como una segunda madre y se embarca en una misión casi suicida para la época: Escribir un libro recopilatorio de historias de familia, pero enfocadas desde el punto de vista de las criadas. Así, las que hasta el momento se habían visto obligadas a callar a la fuerza, ahora encuentran una manera de hacerse oír. Venganza literaria en estado puro.

La película está narrada con un estilo exquisito, con la dosis justa de emoción, drama y humor. Aunque muchos personajes son estereotipados (la protagonista justiciera, la mala despreciable, la chica escandalosa, la criada respondona...), sus papeles están tan bien interpretados que se nos olvida al instante. Me han parecido increíbles Emma Stone y Jessica Chastain, y me ha encandilado la ternura de Viola Davis. Cada una en su estilo da vida a un personaje dotado de unas características que lo hacen fácilmente reconocible por todos. ¿Estereotipo? Sí. Pero insisto, no es malo.

Es la historia la que realmente capta nuestra atención; más concretamente la multitud de historias que las criadas tienen que contar. Los trapos sucios más jugosos de sus señoras salen a la luz cuando se les presenta la oportunidad. Ya sea como venganza o como una vía para impartir justicia, cada una de ellas se desahoga relatando los sinsabores que ha sufrido en años de servicio. Y así, poco a poco, va surgiendo una historia: la historia de los que hasta entonces permanecieron callados.

Personalmente, me ha parecido una película muy buena. Tiene momentos tremendos, ya sea por su emotividad o por su humor, y todo está narrado de una forma muy acertada, huyendo del dramatismo exagerado. Sin lugar a dudas, una película para recordar.