a) Primer Fragmento:

¡Hay más militares que en Irak y Afganistán juntos! ¡Alarma! ¡Peligro!
Ermanno Olmi se basa en una puesta en escena basada en la incertidumbre y psicosis generalizada que habita en el mundo actual. La historia es la típica de necrofilia del cine de arte y ensayo con mensaje de fondo: abuelete (cruce de Nosfertau y João César Monteiro) viaja en tren donde recuerda y recuerda… Hay más fallos de raccord en el monitor que teclas pulsa el viejo (cada vez aparece una cosa diferente). El amor que ha dejado en la estación deseando dedicarle una carta de amor. Un militar más chungo y chulo que Chuck Norris (es imposible pero lo intenta), con las mismas gafas de sol anti-paparazzis que lucia Tom Cruise en el Bernabéu en el cierre de la Liga 06-07, con un palo en el orto y que se tapa con su cazadora en una técnica jamás vista del camuflaje militar. Acota todo tipo de libertades y la única leche que se merece alguien aquí es el director de “El árbol de los zuecos”.


b) Segundo fragmento:

En la segunda historia una vieja cabrona, egoísta y arrogante no quiere enseñar ni su móvil ni sus billetes liando al personal y provocando un conflicto internacional con el resto de pasajeros que la asesinarían gratuitamente por insoportable.
A la vieja le acompaña un imitador de Bisbal con polo verde de marca y cara de emporrao que debe servir a la vieja por cumplir un servicio mientras intenta ligotear con una mocosa en sus ratos libres. Si la desparecida objeción de conciencia hubiese sido así todo el mundo hubiese pasado por la piedra o acabado en la cárcel por asesinar a viejas insolentes. Lo más entretenido (por acción continuada) que he visto hasta el momento de Abbas Kiarostami.

c) Tercer fragmento:

En la tercera historia tres niñatos con problemas de dicción que se dirigen a ver a su equipo en un partido de la Champions League se enfrentan a una familia de albanos y a la desaparición de uno de sus billetes. Moraleja: el fútbol puede salvar vidas (si aciertas un pleno al quince en solitario, claro).



Tratado sobre la incomunicación, belicismo y colaboración ciudadana. Si vas en avión. Si vas en autobús. Si vas en tren. Se agradece que los niños de Loach no practiquen el socialismo didáctico y que Kiarostami evite las carreteras, recurra al montaje y planos cortos. Olmi debería quitarse las gafas de sol anti-paparazzis Tom Cruise que se puso durante todo el rodaje.