Tickets

Se trata de tres historias que transcurren en un tren que se dirige a Roma. La primera dirigida por Ermanno Olmi, la segunda por Kiarostami y la tercera por Ken Loach.

Destaco la primera historia, de Olmi. Un bello relato nostálgico que, vivido a modo de ensoñaciones, será detenido y cancelado por la realidad.

De la historia de Kiarostami destaco la interpretación de Silvana de Santis, una historia de personajes poco claros y que se nos desvela más adelante. Entre la soledad y la huida.

En la historia de Ken Loach, tres hinchas del Celtic de Glasgow y unos inmigrantes. Con humor y solidaridad como colofón.

Un tren que se convierte en un microsmos con infinidad de historias, resumido en tres mediometrajes bien realizados, pero con limitaciones narrativas.

Original la elección de un tren e interesante ver interactuar a estos tres directores.

Cansado de ver siempre películas pesimistas o por el contrario edulcoradas en exceso es grato encontrarse con esta espléndida cinta minimalista constituída por tres historias cruzadas, dirigidas cada una de ellas por un director distinto, que sacan a relucir situaciones nostálgicas, sinceras y solidarias, que en cierto modo dignifican al ser humano.
El film es una perfecta conjugación entre la historia de amor utópico, y en cierto modo paternal, de Olmi, la sobria simpleza narrativa de Kiarostami y la solidaridad dignificante del relato de Loach. Desde mi punto de vista muy aconsejable para quien quiera algo más que pasar un buen rato.

Un viaje de ferrocarril, desde Austria, con destino a Roma, es la excusa perfecta para que tres reputados cineastas de distintas nacionalidades se suban y escriban sobre celuloide las experiencias de varios pasajeros que cruzarán sus vidas en los andenes, el bar del tren y los pasillos de los vagones de primera y segunda categoría; sin que falte el recorrido interior al que tanto invita la música de los raíles.

Como en cualquier desplazamiento compartido coincidirán personas de distintas edades, estratos sociales diferentes y caracteres diversos, conformando un adecuado caldo de cultivo para que surjan erróneas interpretaciones, simpatías o antipatías visuales, accidentes engorrosos e imaginarias posibilidades. Los directores se van relevando tras la cámara perdiéndose, cada cual, tras la estela de aquellos compañeros de traqueteo que consideran más sugestivos.

El experimento resulta evocador y fructífero y apenas sentimos los cambios de aguja.

Tres notables directores de diferentes nacionalidades: Ermanno Olmi de Italia, Abbas Kiarostami de Irán, y Ken Loach de Inglaterra, se reúnen para demostrar que, el amor, la dignidad y la justicia, son efluvios incontenibles en los seres humanos de cualquier latitud y de cualquier cultura... ¡claro que no en todos lamentablemente! Los medios y desenvolvimientos, la cultura y las tradiciones, los intereses y afectos, pueden variar en ésto o aquello, pero, el espíritu del hombre conservará inamisible su impulso hacia la Unicidad, porque la matriz es igual y la esencia es la misma.

<<TICKETS>>, nos cuenta de un viaje en tren que transcurrirá entre Austria y Roma, donde algunos variopintos personajes vivirán experiencias de especial relevancia, y los primeros y los últimos, resultarán conectados por un hecho particular.

En el primer segmento, un profesor, ya abuelo, empleado de una farmacéutica, y quien fuera acompañado hasta el tren por una colega de excelentes relaciones, queda prendado de su cortesía y especial belleza… y mientras observa el frío e intromisorio comportamiento de un grupo de militares que parece estar previniendo un posible acto terrorista, soñará con aquella rubia dama teniendo una relación colmada de romanticismo. Por momentos, una modesta familia albanesa (abuela, madre, hija adolescente y dos hermanitos más) que viene de pies en tercera clase, lo vuelve a la realidad, y entonces el profesor se verá abocado a decidir si sigue soñando o se impregna de realidad.

Dirigido por, Ermanno Olmi, y con la encantadora presencia de la también directora y veterana actriz, Valeria Bruni Tedeschi, este episodio abre, con bellos significados y magníficas imágenes, un filme hecho para dejar huella.

Seguidamente, y con un latente toque de antiautoritarismo como el segmento precedente, la protagonista será una dama italiana –viuda de un militar- quien viaja acompañada de un joven que pareciera su hijo, la cual se verá enfrentada a diversos pasajeros del tren y al propio Filippo, en un hecho que la aleccionará como nunca lo esperaba.

Con una sobria actuación de Silvana de Santis, el director Abbas Kiarostami, mantiene el excelente nivel que hasta ahora trae el filme.

Y será, Ken Loach, quien cierre con brillantez esta relevante historia, donde los tiquetes de viaje tendrán un rol bastante significativo, especialmente en este tercer segmento donde tres chicos fanáticos del Celtic, se verán confrontando a la sufrida familia albanesa, a la que ahora acusan de haberles robado uno de sus boletos. Sombra y luz ocuparán un lugar… y, Loach, nos tocará el corazón con su excelente manera de hacer justicia.

En conjunto, <<TICKETS>> resulta un filme redondo; y el amor, la dignidad y la justicia, serán entronizados como debería hacerse siempre.

Poco hay más que decir de una película breve, con unas historias ya tratadas por otros colegas de Filmaffinity.

La primera, pese a que por lo que leo es de las que más ha gustado, me ha parecido aburrida, sosa, aunque con una buena intención. El abuelo y la joven, la nostalgia y el encantado de los sueños de última hora. A pesar de ello, insisto, creo que la han sobresaturado de interpretaciones propias.

La segunda, a pesar de desligarse del estilo de Kiarostami, recurre nuevamente al agobio, a la incomprensión del ser humano y el tedio por unos personajes atados, no se sabe por quién, contra un destino que los mueve.

La tercera, aunque en principio es la más sencilla y rasa historia de Ken Loach, es la que más me ha emocionado, por su sencillez, su realismo y su naturalidad. Es la que de verdad me ha hecho sacar una sonrisa al final de la película, y recordar que estamos para pasar el rato.