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España España · Madrid
Voto de mansilla:
8
Drama Bajo la estatua del Buda que destruyeron los talibanes, aún viven miles de familias. Baktay, una niña afgana de seis años, es incitada a ir a la escuela por el hijo de sus vecinos que lee los alfabetos frente a su cueva. De camino a la escuela, es acosada por unos niños que juegan de forma cruel reflejando la sociedad tan violenta que los envuelve. Los niños pretenden lapidar a Baktay, o destruirla como el Buda, o disparar contra ella ... [+]
14 de marzo de 2008
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Buda explotó por vergüenza asistimos al excelente debut de una jovencísima directora, la iraní Hana Makhmalbaf, hija y hermana de gentes de cine.
La línea argumental de la película es tan sencilla como prodigiosa: una niña que se empeña en ir a la escuela para que le cuenten cuentos bonitos. Por el camino nuestra entrañable protagonista se tendrá que enfrentar a la barbarie de los otros niños, cruel reflejo del mundo adulto de un Afganistán pobre, desesperanzado, tribal. Y aquí reside en mi opinión el gran valor de la película, en la brillante idea de convertir a los niños, como émulos de sus padres, en portadores de los más abominables valores de una sociedad enferma y emborrachada de prejuicios.
En un tono semidocumental, casi naturalista, con el vergonzoso hueco que dejó la figura de Buda reventada por los talibanes como permanente telón de fondo, una niña prodigiosamente expresiva nos muestra en qué ocupan el tiempo los niños que no van al colegio, y nos sugiere a qué se van a dedicar en el futuro. Y la escuela que busca la niña con tanto empeño se antoja como una meta vital, como el único lugar posible en medio de ese insoportable desierto que puede arrojar un poco de esperanza a un pueblo desesperado, bonita metáfora de la búsqueda de la supervivencia, y más aún vista desde nuestro confortable Occidente, donde las escuelas no son precisamente un valor en alza.
Como valores cinematográficos yo destacaría la prodigiosa interpretación de la niña protagonista y de todos los niños que se cruzan en su camino, que parecen haber sido filmados por una cámara invisible en sus correrías diarias. Su naturalismo hiela la sangre.
Si eres de los que te gusta que el cine te sacuda por dentro, no dejes de ir a ver el debut de Hana Makhmalbaf, no lo lamentarás y seguramente pondrás la otra mejilla.
mansilla
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