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España España · Oviedo
Voto de Gould:
10
Thriller. Drama La primera versión cinematográfica del Dr. Mabuse consta de dos partes: “El gran jugador” y “El infierno”. El doctor Mabuse es un villano que no se siente atraído por los bienes materiales, sino por el placer que le proporciona jugar con el destino de los hombres. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2017
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mabuse es el jefe de una compleja organización de criminales que dirige con perfección de reloj suizo y mano de hierro. Hipnotizador, científico, transformista y genio del mal practica con igual soltura el robo, la falsificación, el asesinato o la especulación en bolsa y aspira a dominar el mundo con sus poderes mentales, su crueldad sin límites y su deshumanización. Con guion de Thea von Harbor, segunda esposa de Fritz Lang, basado en un relato de Norbert Jacques publicado en el Berliner Zeitung, la película está dividida en dos partes, “El gran jugador: un retrato de su tiempo” e “Infierno: un juego de personas de nuestro tiempo” que suman doce actos, con una duración total de cuatro horas y media. Lang construye una de sus mejores obras del periodo mudo, muy superior a la celebrada “Metrópolis” (1927) en este retrato del malvado Dr Mabuse, mezcla de Moriarty de Conan Doyle y del Mortadelo de Ibáñez e indiscutible símbolo y metáfora de los aterradores años que estaba viviendo Europa en aquellos momentos –postguerra de la primera carnicería mundial, triunfo del comunismo en una Rusia que aún no había concluido su guerra civil o ascenso de las soluciones militaristas que inundarían Europa de tiranos de toda índole- y de los que quedaban aún por llegar. Mabuse es el retrato premonitorio de la maldad en esencia, sin contrapesos morales o éticos, que pocos años después accedería al poder en Alemania y obligó al propio Lang a huir en 1933. Con impecable ritmo, un sentido del relato ágil, el gusto por los detalles y la elegante puesta en escena, Lang compone un entretenidísimo relato de los bajos fondos con numerosas peripecias y acontecimientos a la que se añade la implacable persecución del fiscal Von Wenk. Lang combina drama, fantasía y cine puramente policíaco en el que, pese a lo que se diga, la huella del expresionismo es muy menor –“¿El expresionismo? Me parece un juego” dirá uno de sus personajes-. De hecho la película, como buena parte de la cinematografía del primer tercio del siglo xx es mucho más heredera de una narrativa victoriana al estilo Sherlock Holmes. La segunda parte es menos narrativa que la primera y se centra más en el melodrama y en la progresiva debilidad de Mabuse, preso por primera vez de sentimientos lo que acabará por destruirle. Deslumbrante clásico del cine mudo de uno de los directores más grandes e influyentes de la historia.
Gould
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